Todos somos seres ascendidos en potencia

Esta poderosa afirmación no es mía. La escuché de una ex alumna de nuestra Fundación Kabbalah. Y contiene una verdad que es de una claridad brutal. No sólo es posible para cada un@ de nosotr@s  alcanzar un alto grado de maestría espiritual. Más allá de eso: Debemos actuar en nuestra vida cotidiana como si ese fuera nuestro destino inevitable. Porque lo es. Así como es inevitable vivir para siempre, igualmente inevitable es regresar a la fuente. Ese es precisamente el objetivo de la creación.

Cuando escuchamos frases motivadoras del estilo “actúa a cada momento como si todo lo que hagas esté destinado al éxito”, la verdad es que cuesta un poco pensar que siempre nos va a ir bien en todo. Sin embargo, con la frase que titula esta reflexión es distinto. Si nos vamos al corazón mismo de las enseñanzas de la Kabbalah, sabemos que una parte de nuestra alma, la Neshamá, está permanentemente conectada con el Padre, pues de Él proviene. Y el destino de todo ser encarnado es regresar a él en plenitud. Siendo así las cosas, la afirmación inicial no suena como algo imposible, aunque sí, muy lejano. Es difícil vernos a nosotr@s mism@s como seres ascendidos cuando nos vestimos y desayunamos por las mañanas, con sueño y ganas de volver a la cama.

Integrar la realidad humana de Maljut es un paso indispensable en los múltiples caminos de ida, vuelta, y nuevamente ida y vuelta de nuestra rueda de almas. Y el hecho de que estemos pasando por Maljut en nada desmerece el hecho que tarde o temprano volveremos a Keter. Pues de allí venimos.

 

Con amor,

Maestra Carolina Castagneto

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