Este ensayo comienza con una canción hebrea que empecé a escuchar hace un tiempo, se llama “Bereshit Olam” y sin saber lo que significaba se repetía en mi mente y removía mi corazón, y hace poco tuve acceso a su traducción y entonces entendí de qué se trataba tanta conmoción, y como mujer pensé “esta es la canción más romántica del mundo” y es sobre este tema que hoy les voy hablar. Estamos iniciando el mes de Av, el mes del amor y quiero compartir con ustedes una nueva visión de la pareja primordial, Adam y Javá conocidos como Adán y Eva.
En nuestro inconsciente colectivo cuando hablamos de Adán y Eva inmediatamente vamos al arquetipo de la pareja que desobedeció a Dios y con ello perdió el paraíso. Eso es lo que primero que pensamos y luego, que la culpa fue de Eva. Pero hoy quiero invitarlos a tener otra mirada de este hombre y esta mujer, una imagen más luminosa que nos permita activar una nueva realidad en el presente sobre el amor y la pareja.
Y esto es importante porque Adam y Javá aparecen en Bereshit, en el comienzo de la Creación y hoy siguen siendo actuales y determinantes dependiendo de cómo sea la conciencia con que vemos a esta pareja. Según esa conciencia podemos seguir atrapados en la desobediencia y desconexión o elegir por libre albedrío trascender a la dimensión del amor y la unión cambiando así nuestra naturaleza reactiva o animal en una naturaleza de herederos del Edén.
CANCIÓN
¿Habían pensado alguna vez que Adam y Javá se amaban? Que estaban enamorados, que su corazón latía fuertemente cuando se veían y que dependía uno del otro. ¿Alguien lo pensó? Yo no, pero cuando escuché esta canción fue como si se hubiese encendido una luz dentro de mí que me dijo “ellos se amaban” y lo más probable que en una frecuencia amorosa muy alta y que irradiaba mucha luz. Estaban allí en el jardín del Edén recibiendo todo el amor de Dios y por lo tanto, vibrando en la sintonía más alta de bondad amorosa, estaban en un mundo creado con bendición (beraka) es decir, en este mundo hecho especialmente para el hombre y ellos experimentaban esa bendición. Y ¿Cuál era su misión como pareja? Lo vamos a ver desde la posición de Javà, la conciencia de mujer.
Las escrituras dicen: “Hashem, Elokim hizo caer un profundo sueño sobre Adam, y así este se durmió. Entonces (Hashem tomó uno de sus lados y cerró con carne en su lugar. (El primer humano tenía forma de un hombre en un lado y forma de mujer del otro. Rashi señala que en este acto Hashem separó un lado del otro) Del lado que Hashem, Elokim, tomó de Adam construyó una mujer y la presentó ante el hombre. Dijo Adam: “Esta vez, hueso es de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Ishá (mujer) porque del Ish (varón) ha sido tomada. Por eso el hombre deberá dejar a su padre y a su madre para unirse con su mujer. Y serán una sola carne (la carne del hombre y de la mujer alcanzan su máximo nivel de unificación a través del fruto de la unión: el hijo). Bereshit 2, 21-24
¿Cuál es la conciencia de mujer?
En el principio del Universo está Javá amorosa frente a Adam, fue creada para él y eso a ella la realiza porque lo ama, es una ayuda frente a él, costado de su costado. Adam estaba solo y el Creador pensó que no era buena la soledad y le entrega a la mujer como una ayuda que lo acompañará por siempre. Desde ese momento, ella camina junto a él hacia su mayor alegría, su gran sueño que es subir juntos, elevarse en pareja con amor para adherirse al Creador.
Kabbalìsticamente este pasaje en que Dios creó a Javá a partir de Adam indica el inicio o nivel semilla de todas las relaciones entre hombres y mujeres que están destinadas a ocurrir en este mundo. La frase Adam y Javá es un código, que se refiere al alma única y unificada que existía antes de que naciera nuestro universo.
Esta alma infinitamente grande se llama Vasija, y todas las almas de la humanidad estuvieron una vez contenidas dentro de esta entidad única.
La vasija está formada por dos aspectos o polaridades: un polo positivo y uno negativo. Adam corresponde a la carga positiva, mientras que Javà corresponde a la negativa. Todas las almas femeninas que han existido están vinculadas como un todo unificado en Javá. De forma similar, todas las almas masculinas que han existido están vinculadas como un todo unificado en Adam.
Entonces podemos comprender que todos, hombres y mujeres procedemos de la misma fuente de amor y estamos todos en un estado de interdependencia. En verdad todos somos uno. (Génesis, Yehuda Berg)
Y tenemos que mantener presente en nuestra conciencia diaria que todo está dentro del plan divino, todo lo incluye Él, nuestro amado Padre Creador. Que nada es casualidad, sino causalidad y que Elokim teje y cose con hilos de oro entre nosotros nuestras vidas.
Elokim crea un entramado de relaciones entre las personas, sus vidas y experiencias siempre, desde el principio hasta el final. Y este es el camino que nos ha trazado el Creador, la interdependencia por amor.
¿Para qué? Para purificarnos a través de las relaciones y del Ahava (ah-ha-va) el amor, la raíz de esta palabra es hav, que significa dar y esto nos revela una verdad fundamental conocida por los kabbalistas: amar es dar.
Entonces, ¿Cómo se cumpliría el anhelo de Javá de subir con su amado y adherirse al Creador?, amando es decir, dándose a sí misma para él y él, Adam, dándole todo a ella.
Quiero que se queden con esta imagen de la pareja original de la Creación, se aman, ella es una ayuda para él dándose emocionalmente y dependiendo de él por siempre y él como canal; dándole toda la Luz recibida a ella. Ambos quieren unirse al Creador y ser Uno con Él a través del amor que se entregan. Mantengan también en su mente y corazón que nosotros somos parte de este código Adam-Javá.
Y se han preguntado, ¿Cómo se origina este amor?, ¿De dónde viene?, ¿Quién provee el amor?
Adam y Javá se amaban ciertamente porque eran canal y vasija para el amor infinito de Elokim, su corazón estaba abierto a recibir esa luz y compartirla. Hoy la mayoría de las personas cree que somos nosotros los que amamos, pero eso es un error, en realidad no somos nosotros los que amamos, quien ama es Hashem a través de nosotros. Cuando yo estoy amando a un hombre porque mi corazón y mi alma lo eligen a él como mi amado, es Hashem que está enviando amor a través de mí y yo he aceptado ser recipiente de su amor para entregarlo.
El Creador llega como Presencia Divina que irradia amor, el más puro y vivificante amor.
Hay un símbolo maravilloso que se utiliza en el matrimonio judío que es la Jupat (como un arco) y que representa la Presencia divina en la pareja, y nos remonta a este amor de Adam y Javá.
La jupat representa esta energía amorosa que une al hombre con su mujer y que sin ella no hay paz, no hay amor y no hay pareja que se pueda amar. Porque la pareja es de a tres, hombre, Dios y mujer. Y esa jupat lleva arriba una estrella, la estrella de David que está sobre los novios para bendecirlos por siempre, eliminando el pasado y a través del matrimonio sagrado purificando el presente.
Porque esta unión sagrada del matrimonio, donde los novios visten de blanco y de alegría, hace que se detenga el factor tiempo y les da una oportunidad espiritual de elevarse.
Por el contrario, la persona no casada se siente incompleta porque le falta la otra parte del alma, o sea, en el caso de la mayor bendición de un ser humano, le falta su alma gemela o si no una complementaria, de quien puede obtener tremendas fuerzas. Es por eso que los sabios recomiendan que apenas la persona alcanza la madurez necesaria para casarse, hacerlo cuanto antes. Además, siempre es bueno saber o recordar que el sustento le llega al hombre por mérito de su esposa (Likutey Moharàn I:69). La persona casada tiene una bendición muchísimo más grande en el sustento.
Prácticamente todos los grandes rabinos de Israel se casaron jóvenes porque la juventud es pureza. No sólo que el matrimonio no obstaculizó su crecimiento personal y espiritual sino por el contrario, los ayudó a alcanzar la grandeza. El mismo Rabì Najman se casó a la temprana edad de trece años y lo mismo Rabì Natan.
De este modo, se dice que la persona casada vive en santidad y se transforma en un recipiente ideal para recibir la abundancia Divina, lo cual no ocurre con las personas solteras.
El matrimonio fue hecho para eso, para recibir la bendición divina. En la relación amorosa del día a día de la pareja, con sus desafíos y alegrías tenemos la posibilidad de purificarnos y reconectar con el Creador que es nuestra máxima misión, la reconexión, conocerlo. Porque escrito está como primer precepto:
“Sean fecundos y multiplíquense” Bereshit 1,28
Y la mujer de manera inconsciente está apegada a este mandato, ella sabe porque lo tiene registrado en su memoria almica que requiere de una unión sagrada con su hombre para ascender y adherirse a su Creador, a través de ayudar a su pareja a elevarse y con él hacerlo ella también. Por eso la mujer hasta el día de hoy insiste en casarse. Porque la pareja está hecha para transformarnos en la mejor persona que podemos llegar a ser y por tanto el amado es una oportunidad imperdible.
¿Y cómo puedo sostenerme en esta idea cuando hay conflicto o dolor con mi pareja? Haciendo el acto voluntario y consciente de recordar su esencia, viendo su alma, honrándolo, respetándolo, aceptándolo y recibiéndolo en mi corazón como mi hombre, como mi amado. Así en la unión matrimonial con pureza ella será su mujer y él será su esposo, y como las flores sobre el cabello de ella, él la protegerá de crisis, tormenta y frío. Y en la noche del amor será parte de su tranquilidad y serán uno, cumpliendo así con esta bendición que se entrega como un precepto, porque nada es casualidad y todo está tejido con hilos de oro por el Creador para nuestra redención, Bereshit Olam, desde el origen de la creación.
Desde el punto de vista kabbalístico ¿Cómo es posible todo esto?
La base está en la oración que se llama la Shmá:
Adonai Yisrael Shmá
Ejad Adonai Eloheinu
Maljutó Quevod Shem Baruj (susurra)
:vaed leolam
et veahatá
Eloheja Adonai
nafshejá uvejol levavjá bejol
hadevarim vehayú meodeja uvejol
metsavjá anojí asher haelé
levaveja al hayom
“Escucha Israel, el Señor nuestro Dios. El Señor es Uno. Bendito es el glorioso Nombre, Su Reino es por siempre y para la eternidad. Y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con tu alma y con todo lo que posees. Deja que estas palabras que te ordeno descansen sobre tu corazón.”
Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón es con todo tu ser porque esto implica que solo así podrás amarte a ti mismo y amar a tu prójimo, dado que el amor es Uno y es de Dios.
Al llevar a la práctica esta oración en cuerpo y alma, de pronto comienza a emerger el amor del Creador y una vez que estoy cargado con este sentimiento, entonces puedo empezar a repartirlo y me doy cuenta que esa energía lleva misericordia, compasión, generosidad, y piedad de tu propia alma. Una persona que no tiene piedad de su propia alma no puede tener piedad del otro.
Así es que primero es amar al Creador y llenarme de su energía, tener piedad de mi alma, y si algún día tengo un conflicto con un tercero, como yo ya conozco la piedad la puedo usar con ese tercero, pero si no conozco el amor ni la piedad seré despiadado con los demás, incluida mi pareja. (Entrevista a Albert Gozlan sobre el amor)
Porque un amor distinto a este proceso es un amor egocéntrico que solo quiere recibir, que se irrita o apena porque no está teniendo lo que desea. El amor verdadero da generosamente y para ello debemos imitar el amor de Dios que se da totalmente y sin limitación, solo ama.
Y ¿Cómo puedo ser recipiente de ese amor?
Conectándome con su amor hacia nosotros, con los regalos y guía que el Eterno nos ha ido entregando generación tras generación, primero con los 7 preceptos de los Bnei Noaj entregados a Adam y luego a Noaj, leyendo la verdad codificada en la Torah, estudiando Kabbalah y la verdad develada en el Zohar y también con la sabiduría de los Patriarcas y Matriarcas que vivieron matrimonios plenos en Emuná, que son ejemplo y representación de cómo es un ser humano conectado a Dios.
Tenemos que saber que el Creador nos acompaña desde nuestra creación como pareja, es también nuestra alma gemela y seguirá con nosotros hasta siempre y es trascendental que nosotros lo integremos como parte de nuestra relación, somos tres con Él y somos Uno en Él.
Finalmente algunos Tips para mantener el amor y promover que crezca:
- En caso de conflicto salmo 29
- No discutir si hay rabia porque si no estoy tomando del otro y no queriendo realmente resolver el conflicto
- Para la mujer rezar la oración al esposo
- Meditar alguno de los 72 Nombres de Dios
- Hacer plegaria para que intervenga Dios en la relación y los una
- Agradecer porque Dios sabe y los cielos se movilizan cuando agradecemos incluso para cambiar decretos
- Y por último, siempre pedir Emuná para elegir el mayor bien de nuestra alma y de la de nuestra pareja.
Canción Bereshit Olam
Sham-Bereshit olam, (Allá en el principio del universo)
Amda Javvah ohevet mul Adam, (Estaba Javah amorosa frente a Adam)
Ezer Kenegdo tzela mitzalo, (Una ayuda frente a él, costado de su costado)
Meaz tzoed Adam, (Desde entonces caminaba con Adam)
El kivunah shel zo asher jalam, (Hacia donde había soñado)
Al rosh simjato yiaaleh otakh ito, (Hacia la mayor de sus alegrías subir él con ella)
Vehu lo ishkajekh ahuvato (Y no va a olvidar su amor)
Lo-lo-lo-lo ze lo miqre (No-no-no-no es una casualidad)
Elokim roqem toveh (Elokim teje y cose)
Bejutey zahav heineinu (con hilos de oro entre nosotros)
Zo zo darko shel haBore (este-este es el camino del Creador)
Leqadesh et ha hoveh (purificar el presente)
Be jupat kokhav me aleinu (con una Jupat de estrella arriba nuestro)
Zman-otzer hazman (El tiempo se detiene)
Lirgaim shel osher be lavan (para momentos de alegría en blanco)
Qol hamitz halot be jupat kelulot (Voces de regocijo en la Jupat de los novios)
Kan omed jatan (Aquí está el novio)
Ojez yadekh umi yofiekh nidham (Agarrándote de la mano, deslumbrado por tu belleza)
Al rosh simjatekh (En lo mayor de tu alegría)
Taali et bejir libekh (Va a subir el elegido de tu corazón)
Ve hu lo ishkajekh hu ahuvekh (Y no va olvidar tu amor)
Lo- lo- lo –lo ze miqre (No-no-no-no es una casualidad)
Elokim roqem toveh (Elokim teje y cose)
Bejutey zahav beineinu (Con hilos de oro entre nosotros)
Zo-zo darko shel haBore (Este –este es el camino del Creador)
Leqadesh et ha hoveh (Purificar el presente)
Be jupat kokhav me aleinu (Con una jupat de estrella arriba nuestro)
Bi kedushah at tehilo le ishah (Con pureza vas a ser su mujer)
Hui ihie lakh le ishekh (Y él será tu esposo)
Vela zer sheal roshekh (y como el ramo en tu cabeza)
Hu yiagen lakh ve ishmor (Él te protegerá y cuidará)
Mimashber sufa ve kor (De crisis, tormenta y frío)
Be leilot shel ahavah (En la noche de amor)
Hu ihieh jelkat shalvah (Será parte de tu tranquilidad)
Lo-lo-lo-lo ze lo miqre (No-no-no-no es una casualidad)
Elokim roqem toveh (Elokim teje y cose)
Bejutey zahav beaineinu (Con hilos de oro entre nosotros)
Bereshit olam (En el principio del universo)
por: Maestra Ana María Pérez Díaz