Descubrir el tesoro
«Rabí Shimón Bar-Yojai empezó a llorar, diciendo: ¡Ay si divulgo! y ¡Ay si no lo hago!… ya que si no divulga, se perderán las revelaciones de la Toráh; y si las revela, tal vez se entera de los secretos de la Toráh alguien que no los merezca”.
Los kabbalistas siempre han estado buscando maneras de divulgar al pueblo el método de alcanzar la perfección. Pero esta no es una tarea sencilla, exigió de los cabalistas un gran esfuerzo de superar toda clase de limitaciones.
En este artículo de El Libro del Zohar, atestiguamos el gran conflicto interno en el que se encuentra Rabí Shimon Bar-Yojái. Tanto quiere compartir con el mundo los conocimientos de la Kabbalah, pero teme no ser comprendido apropiadamente.
Para poder entender este conflicto y porqué es tan difícil, primero tenemos que familiarizarnos con uno de los más grandes secretos: El significado verdadero del término, “Toráh” (Biblia, en hebreo).
La Toráh como condimento
“Rabí Shimon dijo: ¡Ay de quien dice que la Toráh viene a contarnos simples historias! Sino que todo lo dicho en la Toráh, son cosas elevadas y secretos superiores” (Libro del Zohar).
El Zohar nos revela que la Toráh no es una acumulación de relatos históricos o de leyes éticas terrenales, como fuimos acostumbrados a creer. De hecho, en muchos lugares del Zohar, se enfatiza: “Creé la inclinación al mal, creé la Toráh como condimento, ya que la Luz de la Toráh la reforma [a la inclinación]”.
Los kabbalistas explican que la Toráh es una fuerza especial, un condimento, que tiene como objetivo ayudarnos a realizar la Meta de la Creación, la de elevarnos por encima del ego –la inclinación al mal-, e igualarnos a la Fuerza Superior que rige la realidad: la fuerza de amor y otorgamiento.
La Toráh fue impartida a los seres humanos, originalmente, sólo con este propósito.
La Toráh tiene una cualidad especial; si se la usa conforme a su objetivo, es decir, con la intención de asemejarnos a la Fuerza Superior, nos eleva a una vida completamente diferente. Pero si nos involucramos en ella por otros motivos, puede hacernos daño; como está escrito: “Logró, se le convierte en Poción de Vida. No logró, se le vuelve Poción de Muerte”.
La expresión Poción de Muerte significa que la ocupación en la Toráh incrementa el egoísmo. O sea, aparte del ego corporal, se le añade al individuo un ego espiritual. Este incremento de egoísmo le causa al individuo sentirse como un hombre virtuoso, justo, que merece pago del Creador y de los demás seres humanos, tanto en este mundo como en el próximo, y que ya tiene su lugar “reservado” en el paraíso. Esta es la razón por la que Rabí Shimon Bar-Yojai clama con “¡Ay!” en la cita mencionada.
Rabí Shimon quería presentar la sabiduría de la Kabbalah sólo a aquellos que tuvieran la necesidad verdadera de corregirse a sí mismos y asemejarse al Creador. Pero tuvo el temor de que se hiciera con esta sabiduría lo que se ha hecho con la Toráh, o sea, que se ha usado como un medio de obtener honores, dinero y control. Además, tenía miedo que se interpretara literalmente.
Por consiguiente, escribió su libro sagrado de El Zohar en codificación especial, sabiendo que éste sería ocultado por milenios hasta que la generación estuviera lista.
Ascender la escalera espiritual
“Rabí Shimon alzó sus manos y lloró, lamentando ¡Ay de quien se encuentre en aquel tiempo!, y bienaventurado será todo aquel que suceda encontrarse en ese tiempo. E interpreta: ¡Ay de quien se encuentre en aquel tiempo!, porque cuando venga el Señor a ver la cierva, examinará todos los hechos de cada uno… bienaventurado será todo aquel que suceda encontrarse en ese tiempo, porque logrará aquella Luz de la Felicidad del Rey”.
En lenguaje pintoresco, describe El Zohar a Rabí Shimon Bar-Yojái, mirando hacia el futuro y lamentando los tiempos del final del exilio, en los que sería necesario divulgar la sabiduría de la Kabbalah con el fin de realizar la Meta de la Creación. Rabí Shimon está consciente de que parte de las personas harán un mal uso de ella, y es lo que lamenta.
Le duele a Rabí Shimon concebir que las personas -acostumbradas a utilizar la Toráh, incorrectamente, reprimiendo las preguntas existenciales que les surgen- se acerquen a la Kabbalah de la misma manera equivocada. Es acerca de ellas que clama ¡Ay!
Sin embargo, agrega de inmediato, que también habrá muchos otros que alcanzarán la gran Luz a través de ella. “Bienaventurados” aquellos en los que despierte la pregunta “¿para qué vivimos?”, ya que ésta los vinculará con la “Luz que reforma”, cubierta en los libros de Kabbalah. Entonces, “cuando el Señor venga a ver la cierva”, o sea, cuando la Luz Superior venga a llenar las almas, podrán estas personas deleitarse con “la felicidad del Rey”.
Nuestra generación es afortunada por haber recibido el Comentario Sulam (Escalera, en hebreo) de El Libro del Zohar. Esta interpretación es la primera y única que le permite al ser humano dirigirse correctamente hacia el estudio de la Kabbalah y descubrir el tesoro que ha ocultado Rabí Shimon en el Libro del Zohar.
Este comentario tiene un nombre apropiado –Escalera (El significado de Sulam, en hebreo)-, ya que sirve como una escalera para ascender directamente a la plenitud.
El nacimiento de este Comentario Sulam del Libro del Zohar en nuestra época no es casual; es una prueba irrefutable de que estamos realmente acercándonos a “La Luz de la felicidad del Rey”.
Amén be amé.
Con cariño y respeto, en espera de la llegada de Mashiaj.
Maestra Sharon Moreno Ábrigo.