Los invitamos a leer una Reflexión realizada por nuestra querida Maestra Esther Valenzuela, que nos ayuda a interiorizar el conocimiento cabalista.


Hoy es urgente y necesario recordar y reflexionar sobre quiénes somos realmente. 

Nos miramos al espejo y vemos nuestro cuerpo físico, nuestra anatomía, puedo ver el color de mi cabello, color de ojos, el tono de piel etc… Gracias al conocimiento espiritual profundo que enseña la Kabbalah, sabemos que este cuerpo físico es el vehículo del alma, nuestro cuerpo es quien tiene la gran misión de transportar nuestra esencia más pura, la verdad de nosotros. Hoy queridos alumnos y amigos kabbalistas, es necesario reflexionar que todas las acciones que hacemos en este plano del 1%, el plano material, no es más que el reflejo de nuestra conciencia, de la Luz del alma, de nuestra verdad.

 Y podemos quedarnos eternamente observando solo lo físico, sin querer saber o entender que la realidad está más allá de lo que observan mis ojos y lo que entiende mi intelecto.

¡Libre albedrío! Es el regalo que nos da el Creador.

 La invitación es a reconocer los cuerpos físicos como un disfraz y aceptar que este disfraz, como todos los disfraces, tiene colores y formas diferentes. Algunos disfraces son afines con el nuestro y otros disfraces parecen muy opuestos, existen disfraces que dan miedo, otros que invitan al amor, pero siguen siendo disfraces.

Antes de juzgar el disfraz del otro recordar que en ese disfraz está la mano del Creador, y como seres que compartimos un camino espiritual tenemos el deber de observar con misericordia y compasión la Luz oculta en todo, es un gran trabajo, quizás no muy fácil en estos tiempos, pero Hashem nos entregó un alma luminosa y fuerte para trabajar en equipo, unirnos y bajar todo el amor y luz disponible para nuestro mundo.

Hoy en tiempo de caos y tanta oscuridad los invito queridos estudiantes de Kabbalah, personas de buen corazón, donde quieras que estés, no importa tu color, tu creencia, como es tu disfraz, ¡no importa! Tengamos fuerza espiritual para sacar toda nuestra Luz y observar la chispa divina que cada uno tiene. 

Somos almas de una gran alma, somos una porción de la Luz del Creador. Somos creadores de realidad. Es urgente amigos redirigir nuestra conciencia, conectar con nuestra Luz interna y enviar esa Luz a todos los pueblos. ¡A todos!

 

El nombre de D’s n° 12: He He Ayin, nos ayuda a inducir el amor a todos sin importar su disfraz.

Nombres de Dios Amor Incondicional Kabbalah Hei Hei Ayin

Con mucho cariño, Esther Valenzuela.
Maestra y Terapeuta en Fundación Kabbalah

 

Abrir chat
1
¿En qué podemos ayudarte?
¡Hola!,
¿En qué podemos ayudarte?