A medida que pasan los años para una persona como también para la Humanidad, vamos entrando en una importante dimensión de experiencia; dada por el tiempo vivido como también porque los intelectos superiores van irradiando Luz ahora al cuerpo espiritual de ese ser humano como del Alma de la Humanidad. Esta mayor Luz en el cuerpo espiritual nos regala una posibilidad que es adentrarnos en la experiencia de la Sabiduría. La palabra sabiduría significa un alto grado de conocimiento y viene de la palabra saber, del latin “sapere”, que es tener inteligencia.

En Kabbalah entendemos Sabiduría no sólo de esta manera, sino más bien, que existe una captación de la Luz Infinita que sólo puede llegar a través de la intuición o canalización de los intelectos superiores; que nos envían energías de Luz para distinguir que este mundo en el que habitamos es dual, que nos va mostrar siempre una cosa y su opuesto, que es un mundo binario y dicotómico. Pero que hay una salida y es que si nos conectamos a la Luz que porta la experiencia podemos comprender que hay algo superior y que esconde una verdad para ser revelada, que nos permite captar que donde hay “mal” también hay “bien” y que por lo mismo siempre cuando hay “bien” también hay “mal”. Es así como cada situación tiene un aspecto dual.

Lo que necesitamos comprender para vivir con mayor sabiduría es que todo en este mundo es así, todo, por eso es que para un kabbalista la sabiduría es estar en la columna central del Árbol de la Vida sin olvidar la izquierda ni la derecha, estar despiertos en un equilibrio dinámico de lo que se nos presenta y abordar la experiencia con los ojos del alma a nivel de Neshamá, donde todo es una bendición.  Por lo que la actitud kabbalista es recibir con amabilidad la experiencia e invitarla a pasar a nuestra vida, la apreciamos en su aprendizaje y la dejamos ir para la próxima lección. Abiertos a la experiencia sin juicio, con humildad y con interés de aprendiz, sabiendo que todo tiene dos caras y que la Verdad llega por un canal central, directo a nosotros cuando estamos en el punto medio justo y entonces aparece el símbolo correcto que nos revela esa comprensión mayor, como un insight de luz potente, que ilumina la experiencia y aún cuando, no tengamos las palabras para denominarlo, sabemos qué es, por qué y para qué, porque lo hemos vivenciado desde un nivel superior.

Conectarnos con la energía de la sabiduría es abrirnos a algo mayor que el bien y el mal, que es que todo en la vida es siempre bendición si lo vemos con los ojos del alma que vino en servicio a elevar este mundo a su mejor realidad, la divina.

Que este mes de Elul / Virgo podamos mirarnos y ver la vida como una bendición constante y un regalo de los mundos superiores, como Hijos del Creador y como seres humanos despiertos en la Sabia y Amorosa Consciencia Mesiánica.

Maestra Guía Ana Maria Perez-Diaz

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