- Debes ser consecuente; no esperes hasta que estés “inspirado” – tu alma necesita diariamente tus oraciones como tu cuerpo necesita comer y beber. Sin ello, olvídate de lograr una verdadera paz interior.
- No te desanimes si de repente se te traba la lengua. El hecho que dedicas un tiempo para estar a solas con Di-s es una hermosa declaración de fe. Para “desenredar” tu lengua, comienza agradeciendo a Di-s por las simples bendiciones de la vida que te han sido dadas – tu corazón y pulmones sanos, tu vista, tu audición, etc. Una vez que comiences a agradecer a Di-s, tu alma se llenará completamente con hermosos pensamientos y palabras.
- Agradece por el pasado, y solicita tus peticiones para el futuro. No hay nada demasiado grande ni pequeño para pedir al Todopoderoso. No deje ninguna piedra sin voltear.
- No te descorazones si tus peticiones no se cumplen inmediatamente. A su tiempo, verás que Di-s siempre otorga lo que tu necesitas en el momento apropiado. Cuando nuestras peticiones no se cumplen en el momento – es decir, si no pedimos algo perjudicial para nuestro bienestar – nuestra fe está siendo probada.
- ¡Persevera! Algunas veces, pueden pasar semanas sin sentir ninguna inspiración especial ni luz interior. Si no te rindes, con el tiempo, crecerás enormemente espiritualmente.
- Lleva una pequeña libreta en tu bolsillo o cartera. En el curso del día, entrarán en tu mente todo tipo de ideas de las que quisieras conversar con Di-s en tu próxima Plegaria Personal. Escríbelas, y cuando vayas a conversar con Di-s saca la libreta, para recordar lo anotado. Cuando algo te molesta o te causa enorme preocupación, escríbelo inmediatamente. Cuando lanzas tus problemas a Di-s, tu nivel de ansiedad disminuye.
¡Recuerda! No existe nada que beneficie tu alma, que te acerque tanto a Di-s, y pavimente el camino hacia la verdadera paz interna como tu Plegaria Personal.
Por lo tanto, tu mala inclinación hará todo lo posible para impedir que la realices. ¿Por qué? Si perseveras, tu alma Divina con el tiempo dominará tu inclinación al mal. En ese punto gozarás del status espiritual de un hombre justo, y disfrutarás de una vida libre de ira, con verdadera tranquilidad del alma. Entonces, no hagas caso de todos esos sermoneadores en tu mente que se valen de todo tipo de artimañas para evitar que hables con Di-s. Tu mala inclinación quiere que sigas estando nervioso, ansioso, enojado, fumando cigarrillos, emborrachándote, gastando dinero en psicoanalistas, tomando pastillas, preocupándote, mordiéndote la uñas, y endeudado. De esta manera, tu alma estará ahogada y la mala inclinación continuará siendo el amo.
La Plegaria Personal como Botiquín de Primeros Auxilios
- Tuviste un día difícil en el trabajo o en el colegio. No te vayas a casa enojado; no es justo que descargues tus frustraciones con tu familia. Llama a casa, di que llegarás una hora más tarde, y encuentra el lugar más cercano donde puedas ordenar tus pensamientos y hablar con Di-s. Llegarás a casa como otra persona (¡Esta táctica ha salvado decenas de matrimonios!).
- ¿Otra vez estás fumando, tomando drogas, o alcohol? Sabes que esas sustancias destruyen tu salud, pero es difícil de dejar el hábito. Corre al patio o baja al sótano y grita con todas tus fuerzas: “¡Di-s, por favor ayúdame!” ¡Esto funciona! Descarga tu corazón en Di-s, y sorprendentemente, la ansiedad desaparece (decenas de personas me dijeron que esta táctica fue parte crucial para ayudarlos a vencer sus vicios).
- ¿Estas deprimido sin motivo aparente? Comienza a conversar con Di-s lo antes posible, preferiblemente en lugares hermosos. Verás como te sientes después de 60 minutos.
- ¿Insomnio? Comienza a conversar con Di-s. En unos cuantos minutos te quedarás dormido.
- ¿Fuiste insultado o humillado? ¿Te ha sucedido algo aparentemente malo? Habla con Di-s, y Él te consolará; te ayudará a comprender como son las cosas actualmente para tu propio bien, o que tienes que cambiar para mejorar tu vida.
- De repente, te sientes sumamente estresado. ¡No reacciones! Un buen entrenador de fútbol o básquetbol que se encuentra bajo excesiva tensión, pide un tiempo de descanso; puedes hacer lo mismo. Pide un tiempo para descansar, sal del cuarto durante unos cuantos minutos; respira hondo, y pídele a Di-s que te ayude a pensar. De repente, la tensión se desvanecerá y tu mente se aclarará
por: Rabino Lazer Brody vía breslev.co.il