Kabbalah, un camino de despiertos
“Miré y miré, y esto llegué a ver:
Lo que creía eras tú y tú,
Era en verdad yo y yo”
Este Antiguo proverbio nos describe con simpleza la verdad de la Luz oculta en la fragmentación o separación con que nos percibimos en este mundo y no es que la individualidad esté equivocada; porque ésta es muy necesaria para nuestra evolución espiritual. Necesitamos primero ser individuos y después conscientes para entonces conectar con la Conciencia Uno de una comunidad de seres vivientes.
El Patriarca Abraham pudo conectar con Dios Uno y la no fragmentación que le permitía ser el hombre más bondadoso del mundo y también el más despierto.
Sin embargo, esa consciencia de Dios Uno y de la humanidad como Uno, no la hemos logrado porque el ser humano teme conectarse al otro que siente diferente y si en alguna parte lo remueve entonces lo rechaza y se diferencia apartándose. Lo que tenemos que saber es que en realidad nadie quiere unirse al otro… porque el yo teme fundirse y deshacerse perdiendo su individualidad o ego que tanto defiende.
El ser uno con los demás, con la naturaleza y con Dios nos daría inconscientemente terror desde la conciencia material, tanto como la idea de la muerte o de la trascendencia. Al estar en cuerpos materiales y no luminosos estamos también en conciencia de separación y es esa conciencia la que genera conflictos, guerras y sufrimiento.
A pesar de ello, llevamos siglos hablando de la unidad, de Dios Uno y del amor ¿Por qué? Porque nuestra alma anhela la Unidad, nuestra alma es Uno en esencia y nos ha traído a este mundo a experimentar el gran desafío que es vivir la unidad en la realidad de la fragmentación.
Ahora bien, estamos y seguimos separados porque nuestra conciencia cree en esa separación y como la existencia humana es sólo Consciencia podemos dar un giro impensado a nuestras vidas.
¿Qué pasaría con nosotros si empezáramos a ver al otro como dice el proverbio? Tú eras en verdad yo…..¿Qué pasaría con nuestros actos si cuando estuviera frente a alguien me dijera: “Despierta!! ¡¡Ese eres tú también!! Sólo que mostrando otra expresión de la Luz que hay en mí o de la oscuridad que también está en mí….?
No sabemos la respuesta porque no hemos probado realmente pensarnos Uno y talvez hacer este arriesgado intento nos lleva a lo que tanto deseamos que es el despertar de la humanidad.
Te invito esta semana a que cuando tengas en frente tuyo a alguien que te remueva te detengas y digas internamente como una meditación: “Tú eres yo y yo soy tú, en verdad somos Uno” y mira a ver qué pasa…
Maestra Guía Ana María Pérez-Díaz