El miedo no existe

La verdad y la ilusión son mundos aparte en donde el ser humano se reparte habitando en ambos, aunque sabemos que nuestro destino final es sólo uno: la verdad. El camino de vida que emprendemos al nacer busca que recordemos cuál es la verdad y retornemos a ese mundo al cual pertenecemos. Pero, nacemos ciegos, obstinados, egoístas, con motivaciones opuestas a la verdad, tales como controlar lo que sucede, competir y ganar. Es más, hay algo aún más negativo que todo lo anterior: El miedo.

El miedo es la cara opuesta a la fe. El miedo aparece frente a la incertidumbre o ante la frustración de ver que nuestras expectativas no son cumplidas. El miedo nos invade y paraliza, y muchas veces nos inhibe de gozar una vida plena.

¿Por qué el miedo nos impide vivir? Porque vivir es aprender y aprender implica algunas veces sufrir y/o abrirse a terrenos inhóspitos para uno, en donde claramente sentiremos incertidumbre. Entonces, si nacemos para vivir ¿Cuál es el punto de entregarse al miedo?

Entregarse al miedo es rendirse, es renunciar al peregrinaje hacia el mundo de la verdad, es abrazar a la ilusión como tu lente de vida, es dejar al ego invadir tu corazón hasta el punto de olvidar quien realmente eres.

El nombre de Di-s n°36 nos lleva a recuperar la energía divina necesaria para seguir nuestro camino a casa. Nos recuerda que el ego habita en el mundo de la ilusión al igual que el miedo. Nos invita a reconocer que el miedo es falso y que desaparece instantáneamente mientras exista en tu vida Emuná. Ese es su gran regalo.



Afectuosamente,
Maestra Guía Natalia González
Abrir chat
1
¿Qué necesitas?
¡Hola!,
¿En qué podemos ayudarte?