Dicen nuestros sabios que rezar por otros es también rezar por uno mismo. Todos compartimos chispas divinas del hombre primordial Adán, de alguna manera, somos descendientes de una sola alma primigenia y en este contexto cada ser humano contiene una parte del alma de su prójimo. Todos estamos conectados mediante el alma en un nivel elevado llamado Jaiá. Es por esto que cuando las personas nos unimos con la intensión adecuada para rezar por una persona que necesita una sanación – un milagro – la salvación se concreta. 
Varios experimentos han sido realizados para demostrar que lo que ocurre en un lugar determinado afecta a otro lugar. Según varias investigaciones (Heart Math Institute), el corazón humano produce un capo electromagnético que se extiende mas allá de nuestro propio cuerpo y esto queda demostrado al exponer muestras de ADN humano ante un grupo de personas que sintieron – al unísono – amor, compasión y perdón; el resultado fue que la muestra de ADN se mostraba relajada. La materia es sensible a los pensamientos y las emociones, y es afectada a pesar de la distancia. Lo contrario ocurrió cuando las personas sintieron odio, rabia y pena hacia la muestra de ADN, esta se redujo y contrajo. 
Que gran responsabilidad tenemos entonces, para practicar la hermosa Mitzvá de “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Si todos nos conectáramos con lo más profundo de nuestro ser y nos diéramos cuenta que estamos integrados con todo y todos, seríamos capaces de co-ayudar en la realización de grandes milagros. Cuando hacemos plegaria por la recuperación de salud de nuestros hermanos, tenemos que “creer” y “sentir” que nuestra plegaria tiene el poder de la sanación, que Hashem se une a nosotros y modifica la materia para que ocurra aquello que estamos pidiendo. 
Una plegaria hecha con Kavanáh, que es el sentimiento sincero, la dirección del corazón, la dedicación y absorción emocional de la plegaria, alcanza niveles superiores donde se materializan los milagros. 
Nunca dejes de hacer tus plegarias con la consciencia de que efectivamente estás ayudando a realizar un milagro y que esto es un gran acto de amor hacia otros y hacia ti mismo. Crea tu propio grupo de plegarias con personas afines a ti o únete a nuestro grupo de lectura de salmos por la salud de nuestros amigos kabbalistas y sus cercanos, rezamos por más de 100 personas.
Todos podemos contribuir a la salvación de un hermano y a la elevación espiritual del mundo. 
Con cariño,
Maestra Claudia Vásquez
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