Gimnasia Espiritual
Hoy pensaba en lo importante que es mover el cuerpo, ejercitar los músculos… tanto físicos como espirituales, la resistencia que podemos crear en ellos y lo flexible que nos volvemos cuando estos están en armonía.
La resistencia espiritual funciona similar a la resistencia que conseguimos con ejercicio físico, para está semana les traigo una rutina de gimnasia espiritual, para que juntos podamos fortalecernos en estos tiempos tan inciertos.
Nuestros sabios nos recomiendan hacer esta práctica 1 hora al día, pero si estás recién comenzando comienza con 5 minutos diarios (esto es igual que tu primer día de gimnasio).
Necesitas conectarte al WIFI celestial que es gratuito, sentirte cómoda o cómodo y estar unos minutos a solas (está práctica es personal) y requiere que hables, a tu ritmo… puede ser lento, rápido, fuerte o despacio… lo importante es que salgan palabras de tu boca.
Comenzamos con una Serie de Repeticiones de Gratitud (agradece, agradecelo todo… agradece tu cuerpo físico, tu familia, tu trabajo, tu casa, el agua caliente. Se libre… solo deja fluir tu gratitud).
Continua respirando, has 3 respiraciones profundas, inhala y exhala… agradece lo incómodo, agradece eso también que duele, que te da ansiedad, aquello que te incomoda, agradecelo, esto creará resistencia espiritual, tú puedes!
Respira nuevamente, y ahora haremos unos minutos de libre comunicacin: habla con Dios lo que necesites, lo que hace falta, lo que deseas… exprésate!, si no sabes que decir… está todo bien, puedes meditar en el nombre de Dios Nº 25 Nun Tav Hei, que nos ayudara a conectar con la verdad, con este nombre de D’os tendrás valor para abrir tu corazón antes de abrir tu boca, obsérvalo de derecha a izquierda, mira cada letra y conecta con tu verdad.
Para finalizar nuestra rutina de hoy cierra los ojos… pon la mano izquierda en tu corazón y encima la derecha, piensa en un momento feliz, sonríe con el corazón, sonríe con tus músculos faciales…
¡Que tengas un gran día!.
Les sugiero practicar todos los días, mínimo 5 minutos al día.
Con amor,
Maritza Ignacia Collio
