Queridas y queridos, he titulado esta reflexión con una pregunta que ha sido recurrente en mi pensar y sentir, especialmente en los últimos días… y les adelanto con toda sinceridad y transparencia que, si bien no tengo “la” respuesta, he aprendido algo que me ha sido muy útil en el trayecto y quisiera compartirlo con ustedes.
Así como el bombeo de nuestra sangre desde el corazón, como una pulsación vital que viene y va… el péndulo transita entre el Todo y el Yo, y así permanentemente en ambos sentidos.
Invito a que el Universo llegue, que todo lo que Es y está sucediendo “afuera” se sienta en el interior, lo integro pasándolo por el corazón, me permito conectarme en profundidad, sentir auténtica compasión, me permito fundirme.
Puedo escuchar y aprender sobre lo que está sucediendo en estos tiempos desafiantes para el Todo y sentirlo …y luego, cuando siento que es suficiente, que quizás se me hace difícil sostenerlo, me permito soltar y liberarlo.
Luego avanzo en forma consciente hacia mi propio refugio interior, me permito conectarme con lo que me nutre (desconectar lo que no), pensar, sentir y hacer lo que me conecta con la Luz de Hashem que habita en mi, y una vez en balance, cuando conecto con mi mejor versión, busco expandirlo y compartirlo con los demás, motivándome a tocar el mundo y nutrirlo también.
Siento que así es como funciona la unicidad, la no dualidad para mí.
Soy parte de todo y todo es parte de mí.
Regulo el flujo y la intensidad haciendo todo lo posible para beneficiar a “ambas” partes de esta Totalidad.
Los invito a vivenciar su propio viaje de equilibrio, y que sea en Bendiciones para cada uno, lo cual es Bendición para el Todo a la vez! #estamostodosjuntos
Con cariño,
Maestra Diana Yael Rubinstein Muchnik
