La sabiduría de la Kabbalah nos enseña algo muy simple pero a la vez profundo: La Luz y la oscuridad son de diferentes formas y no coexisten juntas, una no puede estar junta a la otra, un ejemplo físico para entender este concepto es el siguiente: si una habitación está oscura cuando prendemos la luz la oscuridad desaparece, en la habitación luz y oscuridad no cohabitan.
¿Cuál es el sentido de esto? Que debemos prender la luz y debemos permanecer conectados a ella, así la oscuridad no podrá aparecer. ¿Cómo lo hacemos? Inyectando certeza, alegría y gratitud a nuestro día a día, también con pequeñas acciones de compartir creamos afinidad con la Luz (la encendemos).
Es bueno también recordar que estamos celebrando la festividad de Pésaj (pascua, pass over, en la cual conmemoramos la salida del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto) y el comienzo de la cuenta del Omer (Después de abandonar Egipto, los hebreos pasaron los siguientes 49 días preparándose espiritualmente para la entrega de la Torah. Por 49 días subieron y ascendieron por la escalera emocional hacia una pureza más elevada.)
Desde el punto de vista histórico, es la conmemoración de la salida del pueblo judío de 210 años de esclavitud. En el nivel interno, el nivel Kabbalista es mucho más que eso, ya que representa la oportunidad de liberarnos de nuestras ataduras, de experimentar verdadera libertad. Todas las puertas de milagros, bendiciones y salud están abiertas, toda esa Luz puede ser atraída por nosotros durante este periodo.
Los invito a ocupar la energía que está disponible y ver en su interior aquellas ataduras que los limitan en sus vidas.
Para ayudarnos esta semana podemos comenzar meditando en el Nombre de Dios número 12 que te permite ver con amor incondicional a ti y a los otros:
La manera de encender la Luz en cada uno de nosotros es el amor incondicional.
Bendiciones para todos,
Gabriel Silva – Estudiante e instructor de Kabbalah