Esta semana partió con las últimas velas de Janucá y con el inicio del mes astrológico de Capricornio (Rosh Jodesh Tevet). Mucha Luz en el inicio, para iluminar un mes que puede ser exigente, por su tendencia a querer enredarnos en la ilusión de la materialidad.
Una de las funciones de la ilusión de la fiscalidad de este mundo del 1% es que sintamos el impulso de volvernos egoístas, creer que hay poco para muchos; y desde la sensación de carencia, justificar y creer que debemos velar solo por nosotros mismos y nuestros intereses. Para ser egoístas, nuestro impulso al mal siempre encontrará una buena razón, no?
¡Pero el propósito espiritual del impulso al egoísmo, es vencerlo! Este es un mes donde podemos revelar mucha Luz, a través de la resistencia a nuestro propio egoísmo y materialismo.
Que Hashem haya puesto la celebración de Janucá como el conector entre las bendiciones del mes de los milagros (Sagitario/Kislev) y el mes de Capricornio/Tevet nos da la clave para experimentar este mes espiritualmente sintonizados. En Janucá encendemos cada día las velas, como si el aceite nunca fuera a faltarnos. Confiamos en que no habrá carencia, si somos capaces de revelar la Luz que tenemos en nuestro poder. Y es así como se produce el milagro. Cada día, hay nuevo aceite disponible, y volvemos a encender las velas sin conectar con la idea que faltará. Esa es justamente la energía que necesitamos para vivir este mes de capricornio:
Cada uno de nosotros es una vela que tiene la enorme capacidad de iluminar a otros. El aceite que Hashem nos dio se relaciona con la infinita cantidad de dones y posesiones que Él nos dio a cada uno. Y con ese aceite cada uno debe iluminar a los demás con toda su Luz, sin temer a la carencia, sin conectar con que, si damos, nos va a faltar.
Esta semana, sintoniza con la idea (para todo el mes) de hacer consciente tus dones y tus recursos. Comprende la naturaleza de la Luz que El Creador te otorgó y brilla para los demás, comparte tu Luz, comparte tus dones, comparte tus recursos. Cada día, hazte cargo de encender el día para alguien más, con una sonrisa, con escuchar a alguien, con darle un recurso a otro. No caigas en la ilusión de la carencia y la lucha por la sobrevivencia, que te grita que cuides solo de ti y de tus intereses y que, si das, pierdes. La luz jamás se pierde cuando la das. La luz de una vela puede encender millones de otras velas, sin perder ni un poco de su Luz. Lo que Hashem nos dio, nos lo dio para compartirlo. Si lo logramos este mes, veremos cómo transformamos un mes tenso y exigente, en uno lleno de Luz, amor y generosidad.
Que seamos merecedores de brillar e iluminar nuestro mundo, con alegría y amor, esta semana y siempre.
Con cariño
Maestra Ximena Solar