Resulta inevitable no reflexionar acerca del cambio colectivo que estamos experimentando como país; pasando por dolorosos acontecimientos de violencia a una escala que nadie se esperaba, generando daños graves al sustento de muchas familias en nuestro país, imponiendo un grado de incertidumbre muy grande en la gente, a todo nivel -no conozco a nadie a la que esta situación no le haya traído consecuencias- que nos hace preguntar como kabbalistas qué mensaje tiene esta situación para nosotros.
Como kabbalistas estamos llamados a “leer entre líneas” para extraer el mensaje que esto tiene. Sabiendo que el principio de la Emunah se sustenta en que 1) Todo viene de Arriba, 2) Todo es para bien y 3) Todo tiene un mensaje para mí, entonces todos y cada uno de nosotros debemos preguntarnos “en que debo cambiar YO frente a todo esto”.
Todos y cada uno de nosotros sabemos en donde nos aprieta el zapato, todos tenemos algo que corregir en aspectos tan diversos como únicos, sin embargo, lo que esta situación presenta frente a nosotros al ser colectiva, es que todos debemos hacer esos cambios con una urgencia mucho mayor a lo que normalmente le asignamos.
Las revoluciones, levantamientos o estallidos sociales, los cambios a gran escala son indicativos de cambios que se deben realizar en un determinado momento de la historia, para que se manifieste el Plan Maestro que El Creador tiene para la humanidad.
A la inmensa mayoría les parece que todos estos hechos “no son para bien” porque traen destrucción y dolor, pero como kabbalistas debemos entender que la Emunah no significa optimismo, sino que la firme convicción que tiene un sentido propio independiente de cómo juzgamos el resultado individualmente, y que su objetivo no es otro que apurar el cambio interno individual… a escala masiva.
Afectuosamente,
Maestro Nicolás Rosenberg.