En la película “El juego de Ender” el protagonista dijo “Cuando comprendo a mi enemigo tan bien como para vencerlo, entonces también lo amo”. Y es que cuando nos ponemos en los zapatos del que tenemos delante, con sinceridad y desde el corazón, es difícil no empatizar con sus dolores. Aún en los momentos más difíciles debemos recordar que todo adversario es aparente y temporal, porque sabemos que en el mundo sin fin, en el tiempo eterno, en el 99%, somos todos uno.

Nos encontramos en esta realidad cumpliendo roles necesarios para cumplir una misión: manifestar todos los aspectos de la naturaleza del ser. Por lo tanto, es nuestra decisión si vamos a manifestar un aspecto luminoso aunque difícil, o si seguiremos el impulso del odio.

Decimos en Chile “otra cosa es con guitarra”, pues todo suena lógico cuando lo estudiamos en clases o lo leemos en un libro, pero cuando es nuestra seguridad o la de nuestros seres queridos la que corre peligro, la primera reacción es atacar. Pero démonos un minuto para pensar cuando aún estamos a tiempo: En tiempos difíciles es cuando se sabe quién es quien.

Cuando la crisis sacude las vasijas y se vacía su contenido es cuando realmente se sabe qué es lo que llevaban dentro y debemos preguntarnos “Y yo, ¿qué llevo dentro de mi vasija?, ¿Qué es lo que va a salir cuando la crisis me sacuda?”.

Nuestra primera reacción es una clara señal. Si debemos replantearnos el contenido de nuestra vasija, el momento es ahora.

Con amor,

Maestra Carolina Castagneto

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