La Toráh nos dice que el hombre fue creado a la imagen Divina. El Zohar nos enseña que el cuerpo humano es una pequeña chispa de Divinidad. Teniendo en cuenta ambos conceptos, vemos que el cuerpo finito es una mera metáfora del alma infinita. Además, así como el cuerpo contiene 613 partes, el alma posee 613 “luces” que a su vez corresponden a las 613 mitzvot de la Toráh. Así como no entendemos prácticamente nada de la esencia de Dios, entendemos muy poco acerca de nuestras propias almas, que son destellos de Su misma esencia.
El cuerpo posee un sistema inmune que lo protege de enfermedades y de organismos peligrosos que buscan atacarlo. Al saber que el cuerpo es una metáfora del alma y que el alma se corresponde con el cuerpo, ¿acaso existe un ente, una especie de sistema inmune espiritual, que proteja la salud del alma?
Hashem, con su inmensa compasión, me ha demostrado en forma inequívoca que sí lo hay.
El mismo sueño se repitió tres veces seguidas, el viernes a la mañana, el sábado a la mañana, y el domingo a la mañana, exactamente a la misma hora, justo antes del despunte del alba. Vi las dos palabras “inmune” y “emuná”, primero en inglés, flotando en el espacio exterior y suavemente fusionándose la una con la otra. Luego vi ambas palabras escritas con letras hebreas, también flotando en el espacio exterior y suavemente fusionándose la una con la otra. Escritas en hebreo, las dos palabras poseen cuatro letra en común – alef, mem, vav, nun – emun, que significa “digno de confianza”, “confiable”. La palabra “inmune” posee otra iud más, mientras que la palabra “emuná” tiene una hei más. La iud junto con la hei conforman el Nombre de Hashem. Cuando las dos palabras “inmune” y “emuná” se fusionaron en una sola, vi el mensaje emun Iud-Hei, que significa “puedes confiar en Hashem”. El sueño me estaba diciendo que la emuná es el sistema que posee el alma para autoprotegerse, así como el cuerpo posee el sistema inmune. Asombrosamente, ambas palabras incluso suenan muy parecidas.
Y no terminamos ahí… el Shabat a la mañana, abrí el libro Osef Amarim –Emuná Vetefilá, del Rabino Yaakov Meir Shejter, en la página 183. Allí el Rabino Shejter shelita, uno de los principales rabinos de Breslev y uno de los más grandes kabbalistas de esta generación, pregunta cómo es posible librarse de los malos pensamientos y las amenazadoras fuerzas del mal que rodean a la persona en este bajo mundo físico. Y respondiendo a su propio interrogante, Rabí Yaakov Meir Shejter explica que existe una sola manera de protegerse: tiene que suplicarle a los gritos a Hashem que le dé una emuná pura y total. Porque con emuná, su alma está protegida de los peores pensamientos negativos, incluyendo la herejía. Rabí Shejter nos advierte que no debemos librar una lucha “mano a mano” con la Mala Inclinación; no tenemos que debatir con ella ni escuchar sus falsas alegaciones. Tenemos que ir corriendo a Hashem, pues lo único que puede proteger el alma es la pura y completa emuná. Y mientras tanto, antes de que adquirimos la emuná, clamar ante Hashem y el deseo mismo de tener emuná ya es algo muy poderoso. “No se rindan”, dice Rabí Shejter, “sigan anhelando y deseando la emuná”. Así que vemos que la emuná es verdaderamente el mecanismo que tiene el alma de protegerse contra todo mal.
Y como si eso fuera poco, a la mañana siguiente, cuando empecé una nueva semana laboral, lo primero que hice fue traducir el CD del Rabino Shalom Arush, “Emuná y Deseo”. Además de decir lo mismo que dice el Rabino Shejter en su libro, el Rabino Arush añadió que todo problema que tiene la vida en su vida, ya sea físico como espiritual, surge de una falta de emuná. En las propias palabras del Rabino Arush: “El propósito ulterior de la persona en este mundo es aprender y adquirir emuná. Por lo tanto, todos los problemas, las dificultades y las deficiencias que tiene son todos para bien, para ayudarlo a que adquiera emuná y a que se acerque a Hashem. O sea que todo lo que no le va bien – falta de sustento, roblemas de salud, dificultades matrimoniales, es todo por falta de emuná! Por eso, no importa lo que te pase en la vida, siempre pide por emuná! No te falta sustento – ¡te falta emuná! No te falta pareja – ¡te falta emuná! No te falta absolutamente nada, excepto emuná. Ruégale al Creador que te dé una emuná total.
Porque con emuná uno se vuelve inmune a los daños y la negatividad de la mala inclinación. La emuná es por lo tanto el poder inmune que tiene el alma ante las emociones negativas. La emuná lucha contra la depresión, la frustración, la preocupación y la desilusión. Así como estudiamos inmunología para el cuerpo, es sumamente recomendable que estudiemos “emunología” para el alma. De esa manera siempre vamos a poder estar contentos, tal como nos enseñó Rabí Najman!
por: Rabino Lazer Brody vía breslev.co.il