Al implementar estas cinco estrategias que constituyen la base de nuestra salud emocional, podemos canalizar y transformar nuestras emociones mucho más de lo que pensamos.

1. Cambia tu comportamiento físico. Cuando sientas cualquier emoción, presta atención a lo que ocurre en tu cuerpo. Por ejemplo, cuando alguien está triste por lo general tiene los hombros encorvados hacia adelante, mira el suelo y habla lentamente y en voz baja. Incluso el patró de respiración asociado con la tristeza es diferente del que existe en estados más positivos. Cuando alguien está deprimido o enojado tiende a respirar rápido y poco profundo en vez de respirar profunda y lentamente. Una vez que tenemos consciencia de la forma en que expresamos nuestras emociones físicamente, a menudo podemos cambiar nuestro estado de ánimo desde el interior al inspirar profundamente, corregir nuestra postura e incluso cambiar el tono y la velocidad con que hablamos. Salir a correr puede hacer maravillas sobre el mal humor.

2. Cambia el foco de atención. Aquello en lo que decidimos focalizar nuestra atención en determinada situación crea nuestros sentimientos. ¿Focalizamos en el problema o en la solución? ¿En la gratitud o en la carencia? ¿En el error o en todas las cosas que hicimos bien? ¿En lo que podemos controlar o en lo que no podemos? Mientras más buscamos cosas por las cuales estar agradecidos, más bendiciones vemos. Mientras más nos enfocamos en lo que podemos controlar, más soluciones encontramos para enfrentar nuestros desafíos.

3. Presta atención a las palabras que usas. El lenguaje que usamos (incluso si sólo son palabras que nos decimos a nosotros mismos) para describir nuestras vidas y el mundo que nos rodea, afectan de forma radical no sólo nuestra perspectiva de la vida sino también el significado que le otorgamos. Por ejemplo, ¿qué es la vida para alguien que la describe como: “pasar el día” en comparación con alguien que describe la vida como sagrada? Compara describir la vida como un baile en comparación con describirla como una prueba. Nuestro lenguaje crea la base emocional de nuestra vida y a veces sólo cambiar un adjetivo puede alterar toda nuestra mentalidad.

4. Sabe tu “por qué”. Para entender y utilizar nuestras emociones, necesitamos saber qué es lo que nos motiva a hacer lo que hacemos. ¿Qué es lo que nos impulsa? Una vez que entendemos nuestra motivación (que es diferente para cada persona), podemos crear un futuro atractivo que reúna toda la fuerza de nuestro por qué en la vida. Los objetivos significativos que impulsan nuestras motivaciones emocionales nos permiten dirigir conscientemente nuestros sentimientos de formas constructivas.

5. Clarifica tus creencias. Todos nos vemos impulsados por diversas creencias inconscientes que crean nuestro sentido de identidad. Estas convicciones a menudo ni siquiera nos pertenecen; la sociedad las programó en nuestro ser. Si creemos que no somos suficiente, entonces nada que logremos nos hará sentir que somos importantes. Si creemos que somos “una persona enojada y deprimida”, entonces buscaremos y hallaremos razones para afirmar esa identidad más allá de lo que en verdad ocurra en nuestras vidas. En cambio, si nos identificamos con la parte de nuestro ser que es calma y feliz y creemos que solamente nos sentimos enojados o tristes por el momento, entonces nuestra identidad positiva nos empujará a buscar a personas e ideas que refuercen nuestra identidad como una persona que por lo general está feliz.

Cada persona viene a este mundo con dones singulares y un potencial increíble; nuestras emociones son herramientas que podemos utilizar para ayudarnos a compartir esos dones con el mundo. Pero necesitamos aprovechar su fuerza y controlar su dirección. Trata de utilizar estas cinco estrategias para crecer y construir la base de tu estado emocional. Nuestros sentimientos son demasiado poderosos como para desperdiciarlos y nuestras vidas son demasiado valiosas para vivirlas sin aprovechar todos los regalos que hemos recibido.

 

(*Muchas de estas ideas están basadas en la obra del autor y orador Tony Robbins)

Artículo por: Sara Debbie Gutfreund vía aishlatino.com

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