Descansar del mundo
A menudo nos quejamos de los múltiples compromisos que el mundo cotidiano nos impone. Decimos cosas como “paren en mundo, me quiero bajar”. Y es bastante comprensible, pues la realidad circundante no siempre es tan grata como quisiéramos. Pero cuando tenemos la oportunidad de salir un poco del mundo, aunque sea temporalmente, ¿Qué hacemos? Nos distraemos. ¿Cómo? Viendo televisión, yendo de compras o saliendo a comer. No hay nada de malo en todo lo anterior. Sin embargo, lo que en realidad hacemos es huir del mundo para irnos corriendo hacia otro aspecto del mundo. Distinto, pero mundo al fin.
¿No será que tenemos que hacer algo distinto para equilibrarnos por dentro? Quedarnos en casa, meditar, apagar las pantallas, no hacer nada, cuidar a un ser vivo, o simplemente estar con los seres queridos sin sentir que tenemos que estar “haciendo algo” nos permite alejarnos sanamente de aquella realidad de la cual queremos, supuestamente, escapar.
Dicen los sabios que las bendiciones son invisibles a los ojos del hombre.
Aprovechemos estos días de descanso para dejar descansar nuestros sentidos y mirar hacia dentro, donde todo es invisible y está en silencio. Con un poco de suerte encontraremos a D’s.
¡Felices fiestas!
Afectuosamente,
Maestra Carolina Castagneto