Mi hijo me dijo el otro día: “Mi Rebe (maestro) nos enseñó que toda hoja tiene su propio malaj (ángel), y que ni siquiera una sola hoja puede moverse ni un milímetro sin que Dios lo quiera”.

“Wow, eso es increíble”, le dije. Miré las miles de hojas que habían frente nuestro y pensé en el poder de ese tipo de fe. Cómo ese poder puede conducirnos a través del más oscuro de los lugares. Cómo puede revivirnos en el abrasador calor del desierto. Cómo puede guiarnos por laberintos que no parecen tener salida. Cómo puede levantarnos cuando todo el mundo intenta bajarnos.

Aquí hay cinco formas de aferrarnos al poder de la fe en medio de la oscuridad.

1. Desarrolla una “claridad de cinco dedos”. Rav Noaj Weinberg ztz’l solía decir que debemos examinar nuestras creencias tan de cerca que estemos tan seguros de ellas como de que tenemos cinco dedos en nuestra mano. Estas no deberían depender de nuestro humor o de la cultura que nos rodea. Para hacer esto, debes saber cuáles son tus creencias y cuáles son las fuentes de estas. “Atrás de cada creación, dándole soporte como si fuese un arco, está la fe. El entusiasmo no es nada. Viene y se va. Pero si uno cree, entonces pueden ocurrir milagros” (Henry Miller).

2. Sé consistente. En medio de las ocupaciones y distracciones del diario vivir, es un gran desafío mantener la constancia. Las acciones de la bolsa suben y bajan a cada segundo. Las noticias cambian antes de que incluso puedas presionar el botón de actualizar en el navegador. Las reglas del éxito parecen volverse más complejas cada día. Pero el judaísmo nos da algo constante a lo que podemos aferrarnos si trabajamos en ello; si nos tomamos unos minutos cada día para rezar; si hablamos con Dios, que es el núcleo inmutable detrás de todo lo que vemos. “Todas las cosas son inconstantes excepto la fe en el alma, la cual cambia todas las cosas y llena la inconstancia con luz” (James Joyce).

3. Construye una fe proactiva. No estamos aquí para quedarnos parados a un costado. Dios espera que creamos en nosotros mismos tanto como creemos en Él. Deja que tus creencias te guíen e inspiren tus acciones. No te rindas. Dios no le da a la gente pruebas que no puedan superar. Pero uno podrá superar las pruebas sólo si cree que lo puede hacer.

4. Desarrolla una perspectiva optimista. La fe no es un momento específico al cual aferrarse. Es una forma de verte a ti mismo y al resto del mundo que te rodea. Trabaja en transformar tus pensamientos pesimistas en positivos. Enfócate en el bien y en la bondad.

5. Debes saber que hay un plan. Tal como cada hoja cae del árbol sólo cuando Dios decreta que debe caer, asimismo cada detalle de nuestras vidas existe porque Dios lo puso allí por alguna razón. Eso no significa que siempre sepamos qué hacer, pero sí creemos que hay un plan superior que está operando por sobre la realidad en la que vivimos. “Bitajón (confianza en Dios) no es sólo confiar en que Dios te dará lo que quieres. Bitajón significa fundamentalmente entender que Dios está haciendo lo que es correcto” (Rav Avigdor Miller).

Sé que hay un plan. Sé que Dios siempre hace lo correcto para cada uno de nosotros, pese a que no siempre lo entendamos.

 

por: Sara Debbie Gutfreund vía aishlatino.com

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