Es imposible luchar en contra de una ola. Tú puedes ya sea quedarte ahí de pie y esperar a que te noquee, o lanzarte de lleno a ella y dejar que te lleve, uniéndote con su fuerza; puedes utilizar su poder.
Los hábitos desafiantes en nuestras vidas son como las olas. A veces cuando los enfrentamos de cabeza, son simplemente demasiado abrumadores como para ser manejados. Pero si utilizamos la técnica de “surfear los deseos”, un término acuñado por Alan Marlatt como parte de un programa de prevención de recaídas en el abuso de sustancias, podemos vencer todo tipo de antojos.
¿Cómo funciona esto? Un especialista en adicciones estaba sentado una vez en una fiesta al lado de un hombre obeso que rellenaba su plato constantemente a lo largo de la velada. Cuando el hombre con sobrepeso escuchó por casualidad al especialista hablar sobre su profesión, él le dijo al doctor que había probado todas las dietas existentes: La dieta de South Beach, Atkins, Mediterránea, la dieta Weight Watchers… y nada había funcionado para él.
El especialista en adicciones reflexionó por un momento y luego preguntó, con absoluta sinceridad: “¿Has probado el sufrimiento?”.
Muchos de nosotros tenemos miedo de dejar pasar el antojo. Tenemos miedo del dolor que conlleva, del sufrimiento. Nos quedamos atascados en hábitos dañinos por el placer y la comodidad que nos brindan. Hacen que la vida sea más sobrellevable; más manejable; hasta que tenemos que enfrentar las consecuencias negativas de nuestros malos hábitos.
Pero los estudios demuestran que un antojo —independientemente de su intensidad— nunca dura más de media hora (1), y usualmente se desvanece después de unos cuantos minutos. “Surfear el deseo” consiste en que al comienzo, una persona sólo permite que el impulso exista; lo deja ser, sin luchar o discutir con él, así como haría con una ola real. Luego, la persona observa la intensidad del antojo y cuánto demora en pasar, reconociendo que los antojos son como olas; comienzan pequeños, luego crecen y finalmente chocan, se rompen y desaparecen. Lidiamos con el “sufrimiento” sin luchar instintivamente en contra de él o cediendo ante nuestros antojos. En cambio esperamos. Contamos. Observamos. Surfeamos la ola del antojo.
El Rabí Yaakov Israel Kanievsky, el Steipler Gaón, hizo esto cuando estaba en el ejército ruso y se encontró a sí mismo de guardia en una fría noche, desprovisto de un abrigo. Al principio pensó que no podría sobrevivir las crudas temperaturas. Pero se dijo a sí mismo que al menos podría soportar cinco minutos más. Después de cinco minutos se dijo a sí mismo que ciertamente podría soportar otros cinco minutos. Así, contando en intervalos de cinco minutos, el Steipler sobrevivió la noche. Si él hubiese intentado luchar en contra del frío o si hubiese pensado en cómo sobreviviría la próxima hora, se habría desanimado desde el principio. Pero el “montó la ola” por cinco minutos cada vez, y vio que podía seguir.
4 estrategias
Nosotros también podemos utilizar esta estrategia para vencer cualquier desafío que se nos presente. He aquí cuatro estrategias básicas para “surfear los deseos”:
- Conciencia plena. Concéntrate en el presente. Esto puede requerir que te quedes quieto y en silencio por un corto periodo de tiempo sólo para observar tus propios sentimientos y antojos. Haz un inventario sin juzgarte a ti mismo. Deja ser al antojo. Obsérvalo como a una ola. Nota su intensidad, su velocidad, su contorno, nota dónde se ubica en tu cuerpo y en tu mente.
- Paciencia. Toma el tiempo y fíjate cuánto se demora el antojo en comenzar, en llegar su pico y luego en desaparecer. No luches contra él o te preguntes cómo serás capaz de sobrellevarlo. Divide tu lucha en tramos manejables. Dos minutos. Cinco minutos. O incluso diez minutos. Ten la paciencia necesaria para ver toda la evolución de la ola.
- Coraje. A esto se refería el especialista en adicciones cuando dijo “¿Has probado el sufrimiento?”. Coraje es la habilidad de perseverar a pesar de los obstáculos, de tolerar la incomodidad y el malestar. De ver un sinfín de atajos frente a nosotros y a pesar de eso recordar que en el pasado no nos condujeron a ninguna parte. “Surfear el deseo” requiere coraje porque los hábitos y antojos vuelven después de que desaparecen. Rara vez nos enfrentamos a una sola ola. Necesitamos estar preparados para montar muchas olas. Necesitamos creer que podemos levantarnos cada día y enfrentar el océano. Aceptar el sufrimiento en el presente te conducirá finalmente a un placer más satisfactorio en el futuro.
- Esperanza. Mientras más olas una persona aprende a montar, cada vez le es más fácil montar las olas siguientes. Y finalmente, el antojo se presenta con menos frecuencia y menor intensidad. Fortalecer nuestra capacidad de montar estas olas y soportar el sufrimiento, aumenta nuestra confianza para enfrentar la próxima ola que eventualmente surgirá
Nos encontramos ahora en el período de la Cuenta del Omer, acercándonos cada vez más a Shavuot, momento en el cual esperamos haber alcanzado suficientes niveles de crecimiento como para estar listos para recibir la Torá. Contamos hacia la grandeza, aceptando cada día a medida que se desarrolla, aguantando por otros cinco minutos, trabajando en cambiar nuestros hábitos.
Nota cada día. Cuéntalo. No luches contra él o lo ignores. Déjate llevar por su corriente. Utiliza su fuerza. Es una oportunidad para crecer. Día a día. Ola a ola. Podemos cambiar.
por: Sara Debbie Gutfreund
Notas:
(1) Dr. G. Alan Marlatt, Relapse Prevention: Maintenance Strategies in the Treatment of Addictive Behaviors.