Otra mala interpretación que desafortunadamente ha sido diseminada en nuestra generación es que la Kabbalah es de algún modo un cuerpo de conocimiento separado del resto de la Torah.

Kabbalah no existe aparte del resto de la Torah. En verdad, como advertimos arriba, es un aspecto de la Torah, el cuerpo es la ley, y el alma la Kabbalah. Así como es imposible imaginar un ser humano viviente con un alma sin cuerpo o un cuerpo sin alma, la Kabbalah queda en estado virtual e impotente sin el estudio y práctica de los aspectos legales de la Torah. Idealmente, los alumnos estudian simultáneamente la ley de la Torah y su dimensión interior.

Un cuerpo no puede vivir sin un alma. El alma es enviada de lo Alto para entrar al cuerpo, para adherirse y unirse al cuerpo en el misterio de la vida. En Kabbalah, la unión de cuerpo y alma es llamada Maasé MerkaváLos Trabajos de la Carroza, y es considerada la dimensión más profunda de la Torah. A fin de acceder a este secreto de los secretos – el misterio de la unión de alma y cuerpo – tenemos que estudiar a ambos.

Naturalmente, hay períodos en la vida en los cuales un aspecto de la Torah es más enfatizado que el otro. Éstas son cuestiones personales y particulares y no se puede delinear ninguna regla general. En general, para todo tiene que haber equilibrio, balance y unión. Tenemos que dedicarnos estudiar las leyes de la Torah y a comprender la sabiduría y la lógica que hay detrás de ellas. Pero simultáneamente, a fin de encontrar a Hashem, el Dador de las leyes, tenemos que estudiar Kabbalah.

El estudio de la Torah reestructura nuestros procesos de pensamiento de acuerdo con la lógica inherente en ésta dada por Hashem. Los modelos innatos de pensamiento, paradigmas y marcos de referencia de la Torah se asimilan a nuestros intelectos y se reflejan en nuestras vidas.

En vez de proceder con un estilo lineal, como se acostumbra en la cultura occidental, el estudio de la Torah y la Kabbalah procede de un modo asociativo e incluso circular. Uno estudia y luego repasa una y otra vez, cada vez agregando un estrato nuevo y más profundo de conocimiento.

De esta manera de estudio, la Torah Escrita, el Talmud, los códigos de ley judía, y la Kabbalah, son vistos como un todo completo y abarcante. No se puede hacer ninguna separación entre las dimensiones legales del estudio y la práctica –la Halajá, literalmente “el camino”– y su contraparte espiritual. Los textos de ley talmúdica están intrínsecamente unidos con las enseñanzas de la Kabbalah. Análogamente, la Kabbalah no puede ser estudiada sin dedicarse al Talmud, sus comentarios, y los códigos legales.

Así, un estudiante de las leyes de la Torah debe comprender que existe una dimensión espiritual interior dentro incluso del más minúsculo aspecto de la observancia de la Torah. Inversamente, un estudiante excitado por el poder de las enseñanzas espirituales de Kabbalah debe darse cuenta que la expresión más plena de estas enseñanzas llega en la observancia día por día de los preceptos, las mitzvot.

Gracias y amén. Respetuosamente:

Maestra Sharon Moreno Ábrigo.

 

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