Realizar la plegaria correcta

Muchos hemos estado de vacaciones o tomado unos días de descanso aprovechando el verano; estos tiempos sirven para que uno se ponga al día con la lectura. En mi caso, tenía pendiente un libro de Aryeh Kaplan, “Entre la tierra y el cielo” un hermoso libro para reflexionar sobre distintos tópicos de la vida y su propósito, la naturaleza del Creador y por supuesto nuestra conexión con El y en especial la forma más íntima y personal que tenemos para acercarnos a Di-s: la plegaria.
Muchos de mis alumnos me preguntan como hacer la plegaria correcta o efectiva para el cumplimiento de nuestros deseos y si bien no hay fórmulas o pases mágicos, sí existen algunas consideraciones que debemos trabajar para afinar nuestra conexión, nuestra plegaria. 
Aryeh Kaplan cuenta una historia sobre Rabi Najman en un peligroso viaje por mar que realizó a tierra santa, en el navío de la armada turca, experimentó su nivel más profundo de comunicación con Di-s; corriendo peligro de ser capturado, torturado y hasta vendido como esclavo, Rabí Najman tenía pensamientos aterradores ¿Qué sucedería si nadie se enterara de su destino? ¿Cómo podría continuar su vida de servicio al Creador en una tierra extraña? ¿Qué sería de su familia? A medida que se preocupaba y reflexionaba acerca de su situación, comenzó lentamente a aceptarla. Quizás era posible servir a Di-s aún siendo esclavo, si esta “era la voluntad de Di-s” entonces él continuaría sirviéndole fielmente pese a las privaciones. Tan pronto como el rav llegó a estas conclusiones, los navegantes avistaron tierra. Y mientras el maestro esperaba nada más que protección de los habitantes de aquella tierra, habiendo aceptado su peligro como la voluntad de Di-s, pronto se encontró en una comunidad que le acogió siendo el invitado de honor.
De esta historia podemos deducir dos enseñanzas:
  • Debemos estar dispuestos a confiar en Di-s y aceptar su voluntad y esto a veces puede incluir un rotundo NO a nuestro pedido. Nuestra plegaria no debe consistir en inclinar a Di-s hacia nuestra voluntad, sino más bien en someternos hacia la suya. Cuando pedimos desesperadamente por algo y ese algo no se manifiesta como lo queremos, tal vez debamos comenzar a escuchar el No de Hashem y decirle: «Ok, lo acepto con el corazón».
  • Cuando sabemos como rezar la plegaria tiene un poder imponente, cuando aprendemos a aceptar las decisiones de Di-s, El está mucho más dispuesto a darnos aquello que ansiosamente deseamos poseer. El tiene completo conocimiento de lo que el futuro nos depara y qué es lo mejor para nosotros. Hay que aprender a “entregarse”. No podemos rezar diciendo: dame, concédeme, haz por mí. Es decir, yo, yo, yo, yo. Hay que poner el énfasis donde corresponde, debemos revisar que nuestras plegarias no estén sobrecargadas de nuestro EGO.
Aún nos queda la última semana de febrero y pronto comenzaremos la vorágine del calendario laboral, hagámoslo con más plegarias, más entrega, más confianza y menos yo yo. 
¡Que sea una semana luminosa para todos ustedes!
Afectuosamente,
Maestra Claudia Vásquez
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