Poderosos argumentos para salvar y revitalizar tu matrimonio.

En su libro, Don’t Divorce: Powerful Arguments for Saving and Revitalizing Your Marriage (“No te divorcies: poderosos argumentos para salvar y revitalizar tu matrimonio”), la psicóloga clínica Dra. Diane Medved expone las insidiosas influencias que promueve la cultura del divorcio, y ofrece evidencia respecto a que el divorcio muchas veces no es la respuesta a los problemas de un matrimonio no sano.

Los siguientes mitos sobre el divorcio fueron adaptados del libro de la Dra. Medved.

1. “Los niños son resilientes, y para ellos es mejor vivir con un solo padre antes que vivir con los dos peleando todo el tiempo”.

“Los niños no son en absoluto tan resilientes como algunas personas piensan. De hecho, los hijos de padres divorciados sufren de manera catastrófica cuando son pequeños”, escribe la Dra. Medved. “Ellos pierden ‘el privilegio’ de la perspectiva de ‘dos padres’ y deben adoptar dobles identidades para dos hogares. Pierden su inocencia y su sensación de control, así como el modelo adulto de resolución de problemas”. Algunos de los peores daños se ven cuando llegan a ser adultos. “Muchos adultos que son hijos de parejas divorciadas aprendieron a temer o a evitar el compromiso y viven con el fantasma de llegar a divorciarse ellos mismos. Evitan casarse hasta alrededor de los treinta años, lo cual incrementa automáticamente las posibilidades de su propio divorcio”.

2. “En este matrimonio soy demasiado miserable. La única solución es el divorcio”.

“El divorcio no te volverá una persona más feliz”, afirma la Dra. Medved. “Un estudio del Instituto de Valores Norteamericanos descubrió que los adultos que tenían matrimonios no felices y que se divorciaban no eran más felices cinco años más tarde que los adultos en matrimonios no felices que permanecieron juntos. Un estudio británico reveló que el 54 por ciento de las personas estudiadas lamentaban sus divorcios, a pesar de que la tendencia humana es “hacer limonada cuando nos dan limones”. ¿Cuán miserable eres realmente? El hecho es que dos tercios de los divorcios ocurren en matrimonios de bajo nivel de conflicto en donde los niños se ven desgarrados por la separación y sufren especialmente. Un estudio de la Universidad de Chicago descubrió que dos de cada tres adultos en matrimonios infelices que evitaron divorciarse, cinco años más tarde afirmaron estar felizmente casados.

3. “Todo el mundo se divorcia cuando no está feliz. ¡La tasa de divorcio es del 50 por ciento!”.

“Esta ‘estadística’ nunca fue verdadera”, escribe la Dra. Medved. “La tasa de divorcio en los Estados Unidos llegó a un 35 por ciento en 1981, pero la sociedad actual alienta el divorcio. Los conceptos de los primeros matrimonios que terminan rápido y no tienen hijos, la crisis de la edad media y los divorcios de parejas mayores contribuyen a normalizar el divorcio. Series televisivas como The bachelor y los sitios web de encuentros hacen que la vida de soltero parezca falsamente atractiva, lo cual fomenta la insatisfacción marital. También existe toda una ‘industria del divorcio’ que se beneficia de tu divorcio: terapeutas y abogados, grupos de recuperación y medios sociales, todos ellos son facilitadores del divorcio. El doloroso estigma del divorcio desapareció, pero el profundo dolor emocional de una unión quebrada puede dejar cicatrices para el resto de tu vida”.

4. “Yo sé que podemos separarnos de forma amigable. Podemos tener un ‘buen divorcio’”.

“El divorcio sólo es bueno como último recurso para detener el abuso y rescatar a los niños de padres adictivos o de altos niveles de conflictos”, escribe la Dra. Medved. “Pero el conflicto, la crueldad y las emociones tóxicas que llevan al divorcio nunca son buenas”. Sólo las personas con un elevado nivel de salud emocional se recuperan por completo de un divorcio. Y en oposición a las expectativas de los investigadores, los niños de divorcios de bajo nivel de conflicto sufren más que los niños de divorcios de alto nivel de conflicto en lo que respecta a sus logros escolares, abuso de sustancias, experiencias sexuales tempranas y satisfacción general en la vida. De acuerdo con la Dra. Medved: “Lo que llaman ‘un buen divorcio’ no es tan bueno como se cree”.

5. “Vivir juntos antes del matrimonio nos ayudará a estar seguros de que somos compatibles y a minimizar las posibilidades de un divorcio”.

Cerca de la cuarta parte (un 24 por ciento) de quienes nunca se casaron y tienen entre 25 y 34 años, viven con una pareja, postergando el matrimonio hasta que completen su educación y cementen sus carreras. Pero la tasa de divorcio entre aquellos que eventualmente llegarán a casarse es superior al promedio de 33 por ciento que hay entre aquellos que no vivieron juntos antes de decir: “sí, quiero”.

6. En la actualidad la gente vive más tiempo, un matrimonio a largo plazo simplemente ya no es realista. En definitiva la gente cambia y crece en distintas direcciones”.

“Sí, la gente cambia constantemente y lo mismo ocurre con las relaciones. De hecho, a menudo las mismas cualidades que en un primer momento atrajeron a alguien hacia otra persona son precisamente los rasgos que se vuelven insoportables. Trata de ver a tu matrimonio como una adaptación y un crecimiento continuo. Puedes recuperar una relación que comenzó a desvanecerse y al mismo tiempo encontrarle nuevas direcciones. El matrimonio ideal es un refugio seguro para poder tomar riesgos y buscar lo que te interesa. Cuando existe un compromiso subyacente, crecer por separado en un sentido o durante una fase puede coincidir con el hecho de crecer juntos de otra manera. En definitiva, todo depende de la actitud, y la actitud es una elección”.

7. “Después de la infidelidad, no hay otra opción fuera del divorcio. Nunca podré volver a confiar en mi pareja”.

“Esta es una reacción comprensible ante semejante traición, pero la infidelidad no tiene que significar el fin de un matrimonio”, dice la Dra. Medved. “En la mayoría de los casos la traición no se debe tanto al miembro de la pareja engañado como a las inseguridades y necesidades de quien cometió la traición. La mayoría de las personas que están comprometidas a reconstruir sus matrimonios descubren que la relación que resulta es incluso mejor que la versión previa, porque la recuperación involucra un incremento de la transparencia, la comunicación y el contacto, lo que le da al matrimonio en una base nueva y mejor”.

La Dra. Medved concluye: “En vez de salir corriendo cuando tu matrimonio parece sofocarte o ser insoportable, cálmate y comprende que escapar por lo general no pone un fin a tus sufrimientos sino que abre una caja de Pandora repleta con nuevos problemas. En cambio, corregir tu matrimonio te brinda la satisfacción del éxito de conquistar tus problemas.

 

por Judy Gruen

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