Todos queremos recibir lo que consideramos bueno, para la mayoría eso es el significado de la felicidad: paz, salud, amor, prosperidad, realización, etc. Tanto es así que cuando tenemos y después dejamos de tener, es lo que muchos experimentan como “mal”., es decir, es peor recibir y dejar de recibir que no recibir en absoluto. Cuando recibimos nos decimos a nosotros mismos “lo merezco”, y cuando dejamos de recibir nos preguntamos “¿por qué a mi?” ¿Conocen a alguien que cuando recibe diga “¿por qué a mi”? O que cuando deja de recibir diga “¿me lo merezco?”. Recibir en forma continua es para muchos la definición y medida de la felicidad.
En Kabbalah sabemos que para recibir en forma continua es necesario valorar lo que se recibe, y por tanto, no solo cuidarlo sino que agradecerlo. La manera más efectiva de perder algo es dejar de valorarlo: lo que no se valora es igual a despreciarlo, descuidarlo y no agradecerlo, y por lo tanto esa bendición se va. La manera de conservar las bendiciones consiste en valorarlas, eso lleva a agradecer por ellas y por tanto cuidarlas, de forma que se queden con nosotros.
Afectuosamente,
Maestro Nicolás Rosenberg