Una breve reseña sobre la antigua tradición de Kaparot, donde se gira un pollo o gallina sobre la cabeza de cada uno.
La antigua tradición que se realiza antes de Yom Kipur y se llama Kaparot, en la que se gira un pollo o gallina sobre la cabeza de cada uno, ha sido interpretada a través de los tiempos de diferentes maneras, pero la explicación que más he amado y entendido y permítanme tomarme el atrevimiento de exponer algo personal, es la tradición que me transmitió mi abuela Frida Schraer zl.
Cuando era pequeña y se me rompía algo o dañaba algo, mi abuelita decía “Kapará” y ésa palabra me salvaba siempre de cualquier regaño que por ahí pudiera venir por parte de mis padres. También la escuchaba cuando se le dañaba una torta, si le robaban o le desaparecía algo… etc. Era una palabra mágica porque era como dar una orden de tranquilidad y aceptación.
Un día ya no pude más con mi curiosidad y le pregunté su significado a lo que me contestó:
“… Todas las personas cometemos en algún momento errores, travesuras, pecados, o actos malos y D.os debe corregirnos, por eso nos suceden cosas desagradables, a veces viene la enfermedad, o nos lastimamos, otras veces hasta puede venir la muerte, y para eso Dios envía a un emisario: un ángel con ése propósito, cuando el ángel está a punto de castigar a alguien, Dios se conmueve y piensa que tal vez la persona se va a dar cuenta de su error y lo podría enmendar!, entonces le corre la mano al ángel y se rompe algo, se daña algo, se pierde algo, se lastima una mascota, u otra cosa. Por eso cuando algo así sucede decimos “kapará” que nos debe hacer reflexionar si tal vez lo que se rompió o echó a perder era un castigo que debía recaer sobre nosotros y ése es el momento apropiado para pensar qué hicimos incorrectamente y cómo repararlo.”
Tiempo más tarde escuché que Kaparot (plural de kapará) era una manera de mostrar que si no corregimos nuestros actos podríamos morir así como el ave va al sacrificio, también escuché que el pollo expiaba por los pecados que nosotros habíamos cometido, no quiero demeritar dichas explicaciones, solo quisiera incluir la que me llevó a concretar la historia de mi abuela.
Después de comparar la historia que les relaté me di cuenta que el sacrificio del ave era una manera de decir que tal vez nosotros somos los que debíamos ser sacrificados por nuestros errores, así que tomamos un animal que de todas maneras va a ser sacrificado (porque la Ley judía prohibe sacrificar un animal sin un propósito: ej: para alimentación, para estudio científico o por defensa), y pedimos que su sacrificio no solamente sirva para la alimentación sino para que reemplace el castigo del cual que tal vez somos merecedores, y al hacerlo lógicamente deberíamos pensar en nuestras acciones y cómo repararlas.
Algunas familias reemplazan el ave con dinero que se deberá entregar a una persona necesitada.
Fuente: Hashavúa. Extraído de: http://www.radiojai.com.ar