Cuántas veces la vida nos ha lanzado un desafío en forma de caos y lo primero que decimos es “¿cómo es posible? ¿Por qué a mí? ¿Cómo es que mi negoció se vino abajo? ¿Cómo es posible que mi relación fallara? Después de todo, ¿no soy yo una persona espiritual?”
La mayoría del tiempo, vivimos el día como una serie de actividades por completar: despertar, ir al trabajo, hacer lo que sea necesario para continuar con nuestras vidas. Si completamos estas tareas, somos felices y nos sentimos productivos, y si no, nos sentimos insatisfechos. Abraham vivía sus días de manera diferente. Cada vez que era confrontado con agresión, cada vez que se encontraba con personas que buscaban hacerle daño, cada vez que corría y se encontraba con una pared, él decía: “Acepto esta situación por lo que es, y en lugar de dejar que me victimice, la transformaré en algo positivo”. En otras palabras, Abraham vivió para encontrar espiritualidad en cada día, en cada prueba, en cada frustración que enfrentó.
La verdad es que no tenemos que esperar que la tragedia nos despierte. Cada uno de nosotros, si abrimos nuestros ojos y conectamos un poco más con nuestras vidas, encontraremos que tenemos oportunidades todos los días para transformar lo negativo en positivo. La mayoría del tiempo, cuando alguien o alguna situación nos desafía, nuestro primer pensamiento es usualmente: ¿cómo puedo hacer que esta situación se vaya lo más pronto posible?, en lugar de ¿cómo puedo transformar esta situación en Luz? Algunas veces, incluso podemos ser rápidos para empujar la situación a un lado que no nos damos cuenta que hemos perdido una oportunidad para hacer un cambio en nuestras vidas.
Esta semana, vamos a estar conscientes de las oportunidades que el universo nos envía para traer espiritualidad en tus actividades diarias, para así alcanzar las alturas para las que fuimos destinados.
Con cariño y respeto, esperando la llegada del Mashiaj.
Maestra Sharon Moreno Ábrigo.