Nuevo Año Rosh Hashana 5775
Una de las reflexiones que podemos hacer frente a este gran momento que vamos a vivir, Rosh Hashana, es sobre el hecho de que en realidad debemos observar y vivir nuestra vida con gran humildad.
Sabemos que todo aquello tanto positivo como negativo a nuestros ojos que nos ocurrió este año fue decretado el Rosh Hashana pasado lo que implica que en realidad de lo único que podemos considerarnos dueños es de las acciones que hacemos, entendiendo que toda acción tiene sus consecuencias. Por otro lado el solo pensar que vamos a ser juzgados, como cada año, y que de ello dependerá literalmente nuestra vida, nos debe hacer un llamado a entender que en realidad nada nos pertenece, y que lo único sobre lo cual podemos considerar que tenemos cierto control es sobre las acciones que hacemos. Y nuevamente, el verlo de esta manera nos debe hacer entrar en un estado de profunda humildad, para dar vuelta nuestra mirada hacia el Dueño y Patrón del mundo, para pedir Su guía y su misericordia. Debemos saber que todos los principios espirituales que aparecen y derivan de la Torah, son guías en el camino de regreso a Aquel donde todo es, y donde todo se decide. Si no somos capaces de ver esta realidad y al mismo tiempo hacernos profundamente humildes, con la humildad de aquel que entiende, que nada le pertenece y que todo lo que le ocurre es para su mayor bien-entonces tendremos que pasar pruebas que no son otra cosa que el misericordioso deseo de Hashem que retornemos, que volvamos a Su verdad, verdad que por lo demás es siempre buena. Es por esto que hacemos un llamado a que todas las personas, entiendan, frente a que están en este Rosh Hashana. Cierto es que es un dia de juicio, pero con el intento Divino, que salgamos de el fortalecidos y renovados hacia un nuevo año donde todo lo que ocurrirá será siempre para mejor. Visto así es de tremenda importancia que activemos, en estos días que nos quedan, todas las herramientas espirituales que hemos aprendido, y aun mas que redoblemos nuestros esfuerzos espirituales, en bien de que tengamos un buen juicio.