Ninguna persona es una casualidad
Una de las relaciones más difíciles de llevar armoniosamente en nuestro núcleo familiar, ciertamente es la relación con los suegros. Y para cada matrimonio existe un par de suegros.
Muchas veces estas relaciones son mal llevadas o tensas porque no se entiende la raíz espiritual del porqué deben existir suegros y además, entender que de seguir el ciclo regular, todos se transformarán con la ayuda de Hashem en suegros de alguien, o sea, pasarán a ocupar un lugar que cuando otros lo ocupaban, era un disgusto.
Entonces la pregunta puede ser ¿Por qué el Creador determinó la existencia de suegros? ¿Por qué el Creador hace nacer a la persona que amamos de un par de seres humanos, que muchas veces no nos agradan o estamos en desacuerdo?
Sabemos de acuerdo con la Kabbalah, que en este mundo no existe ni una sola coincidencia y que desde el punto de vista de reencarnación las personas que tenemos a nuestro alrededor son primeramente, aquellos que nos ayudan a descubrir nuestras propias fallas y falencias cuando nos miramos en ellos y, descubrimos finalmente que todo aquello que no me gusta del otro es precisamente algo que yo debo corregir.
Eso para contestar la primera pregunta, sin embargo, la segunda está pendiente ya que el Creador nos podría haber puesto cualquier persona para mostrarnos aquello que nosotros tenemos que cambiar, que no fuese en relación tan directa como los padres de la persona de la cual nos enamoramos.
De hecho el Talmud nos dice que naturalmente la suegra odiará a su nuera y trae historias para demostrar que hay un celo natural entre ellas. Cuenta el Talmud:
«Érase una vez una suegra que odiaba a su nuera. Le dijo: Ve y adórnate con aceite de afarsemon. Fue [la nuera] y se perfumó. Al regresar [su suegra] le dijo: Ve ahora a encender la lámpara. Fue [la nuera] a encender la lámpara. Se prendió fuego y la consumió.»
También es conocido el hecho de que el suegro del rey David lo buscaba para matarlo y el Zohar nos dice que David compuso uno de sus salmos más famosos cuando escapaba de su suegro. Nos dice el Zohar:
R. Yose discurrió sobre el versículo: Una plegaria del pobre, cuando desfalleció y
expresó su lamento ante el Señor (Salmos CII, 1.). Dijo: Como ya se asentó muchas veces, David compuso este Salmo cuando contemplaba el aprieto del pobre hombre y esto fue cuando huyó de su suegro. Entonces compuso una «plegaria del pobre”, que es como decir: «He aquí que esta es la plegaria de un pobre hombre ofrecida al Todopoderoso y que ascenderá adelantándose a todas las otras plegarias.
En realidad el tema de las relaciones está presente en toda nuestra realidad y muchas veces es duro y determinante si no entendemos cuáles son las fórmulas espirituales de comportamiento para lograr aquello que debe ser para nosotros el bien más preciado y único.
Y ese bien es la Paz, el Shalom que debe reinar en nuestra casa.
Esta semana la Torah nos da una tremenda lección en Shalom y en cómo debemos enfrentar nuestras relaciones.
Dice la Torah: “Itro sacerdote de Midian y suegro de Moisés, escuchó todo lo que había hecho Elokim por Moshe y por su pueblo Israel (supo de las plagas y del mana etc.) que Hashem sacó a Israel de Egipto. El suegro de Moshe, Itro, tomó a Tzipora, esposa de Moshe después de que él la enviara de vuelta (Moshe había enviado a su esposa de vuelta para poder cumplir libremente su misión en Egipto). De modo que el suegro de Moshe, Itro, acompañado por la esposa y los hijos de Moshe, fue al encuentro de Moshe que estaba acampando junto al monte de Elokim. Y le dijo a Moshe (por medio de un emisario): Yo tu suegro Itro vengo a verte con tu esposa e hijos).
Y a continuación nos dicen los sabios viene la frase que debe determinar la manera de relacionarnos con nuestros suegros y en realidad con nuestros padres ya que debemos considerar que los yernos en algún sentido espiritual pasan a ser también como hijos de los suegros. Dice: “Moshe salió a recibir a su suegro, se inclinó ante él (en señal de saludo) y lo besó. Se consultaron mutuamente por su bienestar e ingresaron a la tienda”.
Para recibir nuestra enseñanza, debemos entender primero quién era este Itro, que luego de este evento se convierte al judaísmo.
Para entender vamos a entrar en reencarnación, observando que la Tora nos dice que era sacerdote de Midian y luego nos repite tres veces que pasó a ser el suegro, nada menos que de Moisés.
Hay un precepto en el judaísmo que dice que si vemos a un amalequita, uno del pueblo de Amalek debemos matarlo. Esto suena fuerte y sin embargo debemos saber que los amalequitas son los que representan el odio gratuito.
El Arizal nos enseña secretos de la Torah a través de presentarnos los tres nombres más importantes en relación al odio, a los espacios y a la maldición. Amalek, Balak y Bil’am.
El Arizal explica el concepto diciendo así: “Ningún otro pueblo exhibió este odio hacia los judíos (odio infundado, odio porque si, odio gratuito) excepto los amalequitas y pasa a decir que Amalek significa:
Am= pueblo o gente y
Lak= que lame
O sea según la explicación del Arizal, que éstos que tienen odio gratuito y basan su vida en odiar, en lo que no está bien y en lo incompleto, son la gente que “lame” su sustento de nosotros.
¿Qué quiere decir? Que es muy importante no dejar espacios abiertos o incompletos, porque el otro lado necesita alimentarse (lamer) de la luz de aquellos
que son luminosos ya que su alimento no puede venir de ninguna otra parte que no sea de nuestra incomplitud o de los espacios que nosotros podemos haber dejado abiertos.
Y tal como Amalek es el pueblo que contiene en si el mayor odio, el nombre de Balak (de acuerdo al Arizal) el que busca maldecir basado en mentiras, quiere decir:
Ba=Ven
Lak= a Lamer
En este caso el nombre Balak suena como una invitación, lo que para nosotros quiere decir que la maldición (Jbs) sólo puede entrar si nosotros la dejamos entrar. “Ven” en este caso es una invitación a que algo de la esencia de Balak entre.
Ahora, en el nombre Bil’am aparece una tremenda revelación para aquellos que nos gusta lo profundo. El Arizal dice que Bil’am que también puede ser leído como Bal’am significa:
Bal=La no
Am=gente
Esto puede tener muchos significados, sin embargo es claro que ellos dejan de ser gente, o sea dejan de ser personas en el intento y deseo de inyectar energía negativa desde donde la traen y al hacer lo que hacen.
Tal como cuando una persona cae en la ira, que pasa al servicio absoluto del otro lado en este caso Bil’am, desaparecía como persona para servir los intereses de lo oscuro.
Finalmente, el Arizal extrae de las letras de los tres nombres la palabra Omek, que significa profundidad, queriéndonos decir que ellos traen la energía desde la oscuridad de lo profundo.
El Arizal nos lleva a un lugar aún más secreto y profundo, nos dice en relación a lo anterior: “Deben saber que estas cosas están basadas en la transmigración (reencarnación) de las almas. Amalek es el residuo del mal que fue separado de Caín hijo de Adan”. Y ya todos sabemos que Caín mató a su hermano Abel.
Esto quiere decir que en el maravilloso intento del Creador de que su mundo sea mejor, a través de la reencarnación, separa lo bueno de lo malo para dar la opción de que lo bueno sea usado para el bien y lo malo sea rectificado.
De aquí también deducimos que en Caín, como en todas las personas hay un buen aspecto. Como todo en Kabbalah debemos preguntarnos ¿El buen lado de Caín en quién encarna?
Este buen aspecto de Caín encarna en Jethro, quien llega a ser el suegro de Moshe y por el hecho de ser Moshe atrae hacia sí lo bueno.
De aquí también podemos entender el principio espiritual de que los iguales se atraen.
¿Qué aprendemos de todo esto? Lo primero es recordar que en la vida no existen situaciones negativas, en las que ya sea en esta vida o en las anteriores, en las que nosotros no hayamos tenido un rol protagónico, debido a que de alguna forma dejamos espacios con nuestras acciones y/o pensamientos para que así ocurriera.
Aquí es donde debemos poner atención al tema de que aquello que es de su misma especie es lo que se atrae.
Ciertamente hay situaciones que debemos vivir para crecer, pero también hay situaciones que no son parte del repertorio y que atraemos hacia nosotros.
Una manera o forma de comportamiento, para no permitir dejar espacios abiertos, nos es enseñada cuando Moshe se inclina y luego besa a su suegro.
Podemos decir, que Moisés sabía que como sacerdote de Midian, Itro puede haber sido uno de los más grandes adoradores de ídolos y tiene que haber alguna actitud, alguna forma, algún cambio que determine, que pase a ser este suegro con excelentes relaciones con el “profeta fiel” (Moisés), fiel en el sentido de que tenia perfecta Emuna y es el profeta y el líder más importante que ha existido y ciertamente nunca nadie como él volvió o volverá a existir.
Entonces hay una cualidad en Itro que nos permite aprender por dónde va el tema de las buenas relaciones y el cambio. Si nos fijamos al comienzo dice que Itro escuchó.
Para poder escuchar cómo se debe escuchar debemos poner atención y poner atención tiene que ver con preocuparnos profundamente del otro. Es tal vez en el aprender a escuchar donde radica el verdadero poder de mantener relaciones sanas y llenas de Luz. Dicho de otra manera, si no me preocupo por el otro no estaré muy dispuesto a escucharlo.
Y es probable que Moshe se diera cuenta de este importante atributo de su suegro, ya que luego permite que este le diga y le enseñe como es que hay que impartir justicia, entregándole un sistema que Moshe pone en práctica y que es hoy día la base de todos los sistemas de justicia del mundo.
Por otro lado ya sabemos que sin importar lo que el otro sea, o haya hecho, o nos haya hecho, debemos buscar en él o ella sus buenos puntos, sólo sus buenos atributos, ya que en palabras de Rav Najman de Breslov, todas las personas, hasta los más malos, tienen dentro de sí un punto luminoso, y que si nosotros nos concentramos sólo en ese punto luminoso, podremos ayudar a rescatar el alma de aquellos que están sumidos en la oscuridad.
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