La verdad es que cuando cantamos y estamos alegres somos siempre ganadores y no pedimos excusas por haber ganado.
Por otro lado, los perdedores siempre deben inventar todo tipo de excusas y debemos saber que cuando estamos apenados, bajoneados o deprimidos, pasamos a ser perdedores.
Hoy día muchas personas van por la vida infelices, ausentes de alegría. Y hay una razón muy simple que explica por que se sienten infelices.
¡Ellos creen que lo saben todo! Tal como un deportista sabe que para poder ganar debe escuchar a su entrenador, el kabbalista sabe que debemos escuchar lo que nos dicen los sabios y una manera de probar si estamos en el camino correcto, es ver cuánto hemos cantado o reído en ese día.
Sabemos en Kabbalah que el “ganador”, un alma luminosa, es el resultado de sentirnos felices, de sentirnos libres y sin la necesidad de que nadie nos declare ganadores o nos apruebe.
Rabie Najman de Breslov enseña que siempre debemos ocuparnos de estar felices, siempre.
¿Por qué es así si nosotros pensamos que felicidad y alegría son algo que aparece de pronto? La pregunta viene de lo apuesto ¿Qué pasa si no nos ocupamos de estar contentos? Simple, ya que cada expresión de infelicidad trae como consecuencia la depresión, la ansiedad, es decir el alejarnos de la alegría es peligroso porque siempre tiene el potencial para destruir a una persona o a una relación.
Lo que Rabie Najman de Breslov sugiere es que nos mantengamos alejados de los bajones y depresiones, ya que la manera de lograr cualquier cosa en la vida es a través de la alegría.
¿Qué debemos hacer con lo que creemos saber para empezar a pensar positivo? Porque en realidad no hay ni una sola persona en el mundo que no quiera ser feliz, pensar positivo y estar alegre.
Los sabios nos dicen que debemos empezar poniendo nuestras ideas, nuestros cerebros a un lado y empezar a escuchar la verdadera sabiduría. La repuesta ya la sabemos:
Paso 1: Darnos permiso para recibir sabiduría verdadera. Para la kabbalah esta sabiduría viene de la Torah y el Zohar como base para el cambio.
Paso 2: Debemos saber y destacar el hecho de que somos personas valiosas y especiales, llena de virtudes y de meritos.
Esta apreciación les puede resultar muy especial a algunos, pero revisemos algunas acciones: ¿Quién de ustedes le sirvió comida a alguien en su casa? ¿Quién de ustedes llamó por teléfono a otra persona que está enferma para saber por su estado de salud? ¿Quién de ustedes trabajó hoy día para llevar alimento a otro? ¿Quién saludó a su padre o madre con respeto?
Queridos deben saber que todos los sí que hayan respondido son muy bien visto en el cielo, de hecho son preceptos de la Torah.
Nuestra función debe ser permanentemente, destacar lo positivo, los regalos, las acciones y actitudes buenas con que nos dota el Creador. Para ello debemos hacer una lista de todo aquello en lo que somos buenos y repasarla todos los días.
Aquí empezaremos a develar los secretos kabbalistas que nos llevan a pensar siempre positivo. La premisa es que hay un Creador en el universo que se ocupa de todas sus criaturas, se ocupa de todas las experiencias que necesitemos, especialmente diseñadas para que corrijamos nuestra alma y nos acerquemos a la Fuente como es Él. Entonces sabemos que todo lo bueno y positivo viene de Dios como también todo aquello que consideremos negativo. Esto quiere decir que el Creador es la raíz y semilla de toda nuestra vida.
Por lo tanto, lo nuestro es el camino hacia pensar positivo y estar alegre, establecer una relación con Él, tomar un compromiso con Él para hacer cambios, agradecer por todas la buenas cosas que ocurren en la vida.
Y luego de esa sesión idealmente diaria, decidirnos a vivir la vida conectándonos solo con nuestros aspectos positivos.
El Zohar nos regala lo siguiente, dice que “Todas las cosas ocultas y profundas que llegan al pensamiento no son reveladas hasta que las revele la palabra”. ¿Qué quiere decir esto?, quiere decir que la relación y lo que le haremos a Dios deben ser hechos en palabras, ya que el pensamiento es muy débil y efímero.
Como dice el Zohar lo que sentimos, lo que pensamos, lo oculto, debe ser hecho en palabras.
El decir de mi “soy bueno” es mucho más poderoso que solo pensar que soy bueno. O sea, manifiesto mi bondad cuando digo de mi y para mi que soy bueno y ¿Qué ocurre cuando le decimos a Dios nuestras bajezas y le expresamos los pensamientos negativos que tenemos sobre nosotros mismos?
El secreto está en la entrega a Él con el propósito de que nos ayude a limpiar ya que solos, sin la luz del Creador resulta imposible deshacernos de lo negativo.
Estamos diciendo que la fórmula hacia la alegría debe estar primero en la relación con Dios.
Ahora debemos resolver la razón por la cual muchos hoy día van sintiéndose tristes y bajoneados por la vida. Debemos saber que la crítica nunca construye nada, y lo que hace es destruir a las personas. Imposibilitamos que usen sus talentos y bondades que son sus instrumentos para enfrentar la vida. Y más destructiva que la crítica externa, es la crítica que hacemos de nosotros mismos.
La experiencia demuestra que nunca la crítica destructiva sirve o ha servido para fortalecer las emociones o nuestra conexión con Dios.
Rabí Najman nos enseña que nosotros bajo ninguna circunstancia deberíamos criticarnos, y a partir de ahí nunca criticar a otro porque obviamente están relacionados. Deberíamos prohibirnos decir “no soy bueno para esto” o “no tuve éxito en eso” o “típico que me va mal en esto”, etc. Debemos solo enfocarnos en lo bueno durante el tiempo que estamos en proceso con Dios.
En sociedades como la nuestra, debido al bombardeo de crítica negativa es que las personas no están nunca satisfechas consigo mismas, siempre pensando que deberían haber sido mas exitosos.
Las preguntas que nos deberían poner alerta son:
¿Por qué no gano más?
¿Por qué a mi no me promueven?
¿Por qué a los otros lo consideran y a mi no?
¿Por que no me saqué mejor nota en la prueba?
Ahora si nosotros hacemos lo mas que podamos, hacemos nuestra tarea, estudiamos para la prueba, esto es todo lo que debemos hacer (esto es un hermoso secreto) ya que el resto, o sea el resultado de cualquier cosa está en las manos de Dios. Y a nosotros nos toca mirar en lo que ya hacemos, siempre buscando lo bueno en nosotros.
Los sabios preguntan ¿Por qué hay que unirse con las fuerzas del negativo?
Si en una guerra, alguien le presta ayuda al enemigo esto es llamado traición. Entonces la pregunta debe ser ¿Por qué nosotros nos traicionamos? El hecho de la autocrítica destructiva nos hace ser leales a la negatividad y no a nosotros mismos. Y lo que es valioso para nosotros también es valioso para lo que nosotros hacemos hacia otros.
El génesis, la raíz de la destrucción de una pareja o relación está en la crítica. La crítica al otro destruye y no le permite cambiar ni crecer. O sea si nosotros pretendemos que el otro cambie a punta de destacar lo negativo, debemos saber que no solo no logramos el objetivo sino que tenderá a destruir la relación.
Y aquí debe ocurrir lo mismo con nosotros mismos. Debemos solo enfocarnos en los buenos puntos del otro. Así veremos como milagrosamente el otro toma el rumbo adecuado.
Pensar positivo como toda nueva costumbre o disciplina toma tiempo y dedicación. Sin embargo el solo hecho de que empecemos a observar nuestros pensamientos para darle una dirección clara, nos permitirá elegir lo que queremos pensar.
Y ese es el gran regalo de pensar positivo. El poder dirigir nuestros pensamientos hacia lo constructivo, hacia lo que esta bien y hacia lo que es verdad y así crear una vida en alegre con los nuestros y con el Creador.
Por lo tanto debemos darnos permiso para destacar lo bueno en nosotros y lo bueno en los otros.